La Crónica | Ciudad de México.- La hormiga bala transmite en su picadura el ingrediente activo poneratoxina que provoca aceleración del ritmo cardiaco, sudoración y en ocasiones, la pérdida de conciencia.

El artrópodo sólo libera su veneno al sentirse amenazada. Miden entre 20 y 30 mm de longitud, su apariencia se asemeja a la de una avispa sin alas y poseen un color negro-rojizo.

La hormiga bala es utilizada durante un ritual de la tribu Satere-Mawe en Brasil, para marcar el paso a la adultez. Los adolescentes deben portar guates llenos de hormigas bala y guardar la compostura mientras experimentan los efectos de las picaduras.

A pesar de ser extremadamente potente, el veneno de la hormiga bala no es mortal. Al cabo de 24 horas el veneno abandona el cuerpo.

amg