Arte
Por Christian García
Publicado el lunes, 17 de enero del 2022 a las 04:30
Saltillo, Coah.- Para el periodista J. Jesús Lemus, el expresidente Enrique Peña Nieto fue un personaje que se construyó con base en historias y ayuda de los medios de comunicación, los cuales “tienen mucha culpa” en el “imperio de corrupción”, como llama a su administración presidencial, que desarrolló después en una alianza entre los sectores políticos y empresariales.
Entre esas mentiras está, primero, la imagen del joven estudiante que con esfuerzo ayuda a su familia, y comienza a granjearse un espacio en la política en la que consigue una candidatura a diputación estatal, la secretaría particular de Juan José Guerra Abud, secretario de Desarrollo Económico del Gobierno del Estado de México en 1994. A ella le siguió su gubernatura del Estado de México, en 2005 y, finalmente, la silla presidencial a la que llegó en 2012 y dejó en 2018.
Ahí llegó la imagen del hombre que se equivoca y trastabilla al hablar, al mencionar títulos de libros clásicos y que, sin embargo, manejó una serie de proyectos junto a un grupo de sus camaradas políticos, que le permitieron saquear al país desviando más de 100 mil millones de pesos.
Pero, ¿qué es lo que hay detrás de ese asenso, qué fue lo que sucedió durante su Administración y, sobre todo, qué es lo que dejó después? Esas preguntas son las que el periodista, con más de 30 años de carrera responde en su libro más reciente: Jaque a Peña Nieto y su Imperio de Corrupción (HarperCollins, 2021).
Entender al hombre
Por medio de un perfil sicológico, una investigación política profunda y un análisis social, Lemus, construye la historia de un niño que temía “no ser reconocido y valorado por sí mismo, por lo que el sujeto trata de compensar con una necesidad de reconocimiento y afecto”, según detalla Yolanda González Gómez, experta a la que el periodista consulta en su libro.
Es a partir de ese análisis cuando Lemus se da cuenta de que Peña Nieto es “un ser sagaz, egocéntrico, astuto, controlador e inteligente. Nada que ver con la imagen que los medios poco a poco fueron construyendo de este personaje”, uno que hizo que “pensáramos que lo más que podía hacer era el ridículo, pero lo más que pudo hacer fue entregar los recursos naturales a la Iniciativa Privada”.
El periodista exiliado en Guatemala apunta que conocer la sicología del expresidente es clave para entender cómo se desenvolvió su tiempo en el Gobierno del país, pues Peña Nieto es “un ser que pagaba al doble las lealtades, siempre siempre. Lo vimos cuando fue gobernador que entregó a muchas de sus gentes muchas notarías públicas, muchos cargos, muchos beneficios económicos; porque entregó muchos predios, terrenos, agua, excensión de impuestos a muchos de sus empresarios amigos”, lo cual provoca que cuando llega a ser Presidente de la República “prácticamente reparte el país a través de la famosa Reforma Energética”, con la cual, apunta Lemus, “no se enriqueció él de manera brutal como se podría pensar”, sino que la permitió para que se beneficiaran quienes lo ayudaron pues “esa era su necesidad: ser aceptado”.
Tejer una red
Entre los nombres que Lemus enlista en su libro están Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray Caso, Genaro García Luna, Emilio Lozoya Austin, así como otros más que provienen de 72 empresas que recibieron contratos durante la Administración del funcionario priista, entre ellos el periodista destaca a Claudio X. González Laporte, quien fue su “vocero frente a otros grandes empresarios como los dueños de Televisa, (Emilio) Azcárraga Jean, o el de TvAzteca (Ricardo) Salinas Pliego en muchos momentos. Así es como se va tejiendo la red” bajo la idea de “el negocio de sus vidas”.
Siendo este la Reforma Energética, que según añade el periodista ganador del Premio Internacional de Periodismo Pluma a la Libertad de Expresión, Peña Nieto había planeado desde antes de su presidencia, y “con lo que encandiló o ilusionó a muchos empresarios para que le fueran fieles”.
Así, la historia de los seis años que duró ese “imperio de corrupción” se llena de momentos oscuros como los casos de los gobernadores César Duarte Jáquez y Javier Duarte; la matanza de Aptzingan, la masacre de Tlatlaya y, claro, los 43 de Ayotzinapa. Mismos que Lemus disecciona y relaciona con la figura de Peña Nieto
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