Queridas amigas y amigos, luego de una intensa semana entre bandazos del titular del Ejecutivo, se observaron las primeras consecuencias de otra más de sus desacertadas decisiones, cuya base son “sus ideas” personales, por no decir uno más de sus caprichos, en esta ocasión con el precio del gas LP.

A principios de julio el Presidente, a su estilo, anunció la creación de otra “empresa”, Gas Bienestar, para que se venda el gas a precios razonables, con la intención -según él- de cuidar la economía de las familias y acabar con los incrementos injustificados, además de la implementación de un mecanismo de precio máximo.

En ese momento el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) dio a conocer su postura sobre la necesidad ciertamente, de mejorar los precios al consumidor final, advirtiendo que la ruta para alcanzar este objetivo, no es a través de la creación de una nueva empresa financiada con recursos públicos, distrayendo recursos que se requieren en otros sectores, como es el caso del sector salud, y menos aún bajo la imposición de precios máximos.

El IMCO ha advertido que, ante la eventual creación de una distribuidora de esta naturaleza, se terminará añadiendo presión a las finanzas públicas, lo que no propiciaría la competencia, sino que desincentivaría la inversión de los participantes privados, precisamente por no poder competir con una empresa que se posicionaría como la única con los recursos suficientes para vender el gas LP a precios menores de su precio real como lo pretende el titular del Ejecutivo, es decir, el gas cuesta lo que cuesta pero solo el Gobierno lo puede vender por debajo de su precio, subsidiándolo con recursos públicos.

El Instituto señaló que para atender esta problemática se requiere sentar las bases que permitan una mayor competencia en el mercado con alternativas que contribuyan al desarrollo del servicio con calidad para el usuario final a precios competitivos, esto significaría facilitar el otorgamiento de permisos de importación y distribución de gas LP, continuar con los procesos en curso de Cofece, incrementar la competencia en el mercado entre el gas LP y el gas natural, del que hay que decir no tiene mayor penetración debido a la falta de infraestructura de distribución y ¿qué ha hecho el Presidente?

La realidad es que este Gobierno al no contar con una estrategia y carente de todo sentido de planeación, previo a la pandemia, fue el autor del quebranto al sistema de salud, siendo este rubro unos de los grandes pendientes no resueltos, sumado al manejo criminal de la pandemia en nuestro país, que le ha costado la vida a más de 244 mil mexicanos, datos oficiales sin considerar decesos por causas asociadas a Covid-19 y las consecuencias inusitadas en la economía ante las medidas sanitarias que aún prevalecen a causa de la pandemia, el Gobierno de la 4T a lo único que no ha desviado recursos, es a las obras faraónicas del titular del Ejecutivo, bajo estas circunstancias, ahora le parece oportuno seguir abriendo empresas con el dinero del pueblo por supuesto.

Tan solo por mencionar tres aspectos fundamentales de lo que esto representa, en primer lugar, utilizar los recursos públicos, le es posible porque es el Presidente y como tal ha hecho un uso abusivo de sus facultades en perjuicio de las y los mexicanos.

En segundo lugar, ha incumplido con el compromiso de su investidura al no atender e incluso distraer recursos de las prioridades esenciales, como el caso de los sectores de salud, por ejemplo los medicamentos de los niños con cáncer; en educación, el Gobierno no puede garantizar que todas los centros educativos públicos cuenten con la infraestructura para recibir a los alumnos, bajo las medidas sanitarias que se requieren inmersos en una tercera ola de contagios por Covid, en cuanto a seguridad, los índices de violencia e impunidad no solo no se han podido contener sino que se han incrementado.

Y tercero, desatiende las rutas de modernización y progreso, que permitan la transición al uso de gas natural, que es un combustible más limpio que el carbón y el petróleo siendo catalogado como el combustible fósil con menor impacto ambiental y que como señalé, es donde se requiere inversión para contar con la infraestructura de distribución.