Monterrey, NL.- Después de dar sus primeros respiros con sus nuevos pulmones, Antolín, de 18 años, expresó una frase que resume el sabor a la vida: “qué rico se siente”.

El jueves 22 de abril, uno de sus médicos entró a la habitación. Con él estaban también sus padres, David Morín y Yazmín Guzmán. “Ya llegaron tus pulmones”, le dijo el doctor. La cirugía del trasplante bipulmonar estaba programada para el siguiente día.

La noticia provocó emociones encontradas, recuerda su papá, vía telefónica.

La alegría por ese gran paso que movió a miles de personas por redes sociales se enfrentaba al miedo y la incertidumbre.

La fibrosis quística con la que David Antolín fue diagnosticado a los pocos días de nacer, agravó desde el año pasado sus pulmones. Estuvo internado en un hospital privado de la Ciudad, pero, al no ver avances, la familia buscó una esperanza en el extranjero.

Y la encontró en el St. Joseph’s Hospital and Medical Center, en Phoenix, a donde Antolín fue trasladado en marzo.

Desde su trasplante, hace 11 días, Antolín ha mostrado mejoras rápidas y notorias. En menos de 24 horas le fueron retirados algunos de los tubos que le habían sido colocados, y pudo respirar de nuevo.

“Fue un momento increíble”, recuerda su padre, “es el momento mejor que he vivido, ver a mi hijo de esa manera.

“El doctor le dijo: ‘respira, David’. Y empezó a respirar con sus nuevos pulmones. Yo le pregunté: ‘¿cómo te sientes?’ Él me miró y me dijo ‘qué rico se siente’. Esas fueron sus primeras palabras”.

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Antolín está ahora bajo monitoreo, fase que se espera que dure varios meses y que incluye desde apoyo psicológico hasta estudios para verificar la aceptación de los pulmones en su organismo. Ayer, por ejemplo, fue sometido a una broncoscopía.

Antolín ya platica muy bien y está sorprendido de las cosas que hace y que antes no podía.

“Simplemente el inhalar. El sábado estaba contento porque ya podía chiflar. Me dijo ‘¡mira, ya chiflo!’. Ha habido cosas increíbles, como cuando dio su primera caminata, volteó y me dijo: ‘mira, y me decían que me iba a morir'”.

“El camino todavía es largo”, reconoce David, “esto todavía tiene un proceso de bastante tiempo más. Primeramente Dios tengo la fe ciega y completa que el Señor va a seguir haciendo un milagro”.

– Contacto en redes: Pulmones para Antolín.
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