El proceso electoral para elegir rector, que se llevó a cabo en enero en la Universidad Autónoma de Coahuila, por su atípico desarrollo y desenlace, invita a la reflexión sobre la viabilidad de la forma de gobierno que ha mantenido, desde que logró su autonomía del Gobierno de Coahuila en 1973.

Criterios de Mercado. Después de 51 años (1973-2024) de organización administrativa, estudiantil y magisterial autónoma, ofrecen la coyuntura de elaborar estudios sobre su participación en el mercado productivo regional, mediante la formación de cuadros competentes; entendiendo, éste en su acepción amplia que también incluya el de las artes y su difusión en la comunidad.

El investigador avezado en conocer el desenvolvimiento de la UAde C, a través de los años, puede considerar series de datos pertinentes, para identificar las correlaciones causales entre variables estructurales, que cualquier centro de educación superior en el país aspira a consolidar, como la calidad de la educación que reciben los alumnos.

Si bien es cierto, la educación eficiente es un servicio difícil de analizar y más de evaluar. No obstante, una forma convencional de mostrarla o visibilizarla ha sido por el número de egresados de licenciatura que obtuvieron una beca y fueron aceptados en universidades extranjeras de prestigio para cursar un posgrado durante los primeros cinco años de haber concluido sus estudios.

Otra forma de medirla es a través de los meses que tardan sus egresados en colocarse en el mercado laboral, en empleos acordes a su perfil de estudio, así como de las condiciones laborales de su contratación, la cual lleva implícita la opinión que tengan los empleadores de la propia universidad.

Un primer planteamiento del problema que centra los propósitos de la investigación puede realizarse con un par de variables: ¿La elección de rector de la UAdeC, a través del sufragio universal, directo, secreto y proporcional de los votantes, ha influido en la calidad de la educación que ofrece al estudiantado?

Una manera de responderla sería desde la óptica que tienen los diversos medios especializados y actores sociales sobre la Institución, que pueden ser desde empresas privadas de prestigio y dependencias oficiales encargadas de evaluar a las universidades públicas, hasta la opinión de personas ajenas a las mismas, pero que son parte de la comunidad en donde se asienta la Universidad.

Aunque, siempre se debe tener cuidado de distinguir entre los estudios y encuestas que se hacen por “encargo” y que no reflejan la realidad universitaria y aquellos no espurios. Tampoco es válido afirmar que la UNAM es la más prestigiosa institución pública del país porque su rector lo elige una Junta de Gobierno, una sola variable de ninguna manera es contundente para aseverar y formarse un juicio.

Al revisar varios rankings publicados en los últimos cinco años, desde los orientados a la comercialización de la educación, hasta los menos susceptibles a la mercadotecnia educativa, que clasifican a las mejores universidades e institutos públicos y privados del país, en la mayoría de ellos aparecen en los primeros cinco lugares la UNAM, el IPN y el ITESM. Las dos primeras instituciones también tienen los presupuestos más elevados para su funcionamiento, respecto a los del resto que manejan la universidades públicas del país. La permanencia genera confianza en esas escuelas y centros de investigación.

Ranking Universitario. Por su cobertura internacional y permanencia en el mercado (2004), se menciona el índice que elabora la compañía inglesa Quacquarelli Symonds(QS). Es un índice que evalúa periódicamente a más de 800 centros de enseñanza, conocido como QS World University, que catalogó a la UNAM e ITESM dentro de los primeros 200 lugares de la clasificación mundial en 2023.

Para tratar de hacer una cobertura lo más completa posible, sustentada en estadísticas y opiniones de los actores, que participan directa o indirectamente en el mercado universitario, QS World University considera la variable de más ponderación en su evaluación a la reputación académica, y después, considera la opinión del empleador, la relación de catedráticos extranjeros que recibe la institución cada ciclo escolar, entre otras.

Infortunadamente en la literatura que se alcanzó a revisar la UAdeC, no aparece dentro del ranking de las 15 universidades más prestigiadas del país en los últimos años. Quizá eso haya influido para que uno de los aspirantes a rector que tuvo la Universidad, que por cierto era lagunero, cuando visitaba alguna escuela en su campaña proselitista, preguntaba a la audiencia que lo escuchaba: “¿por qué la mayoría de los hijos de los funcionarios de la universidad estudian en universidades privadas afincadas fuera de Saltillo?” ¿Dónde quedó la confianza en el Alma Mater?

Por supuesto con ese tipo de cuestionamientos, el contendiente no llegó muy lejos en la contienda electoral. Por otra parte, una empresa, que también se dedica a construir rankings universitarios, considera como variable susceptible a medirse la aprobación de cada rector de las universidades públicas del país.

Lo que llama la atención es que la muestra considera un universo abierto conformado por personas ajenas o no a las instituciones. La pregunta que hacen ante el que tome la llamada.

“¿Ante lo que escuchó, vio o supo durante el semestre pasado, para usted el trabajo del rector de la universidad pública de su estado, qué tan bien o mal hizo las cosas para mejorar la calidad de la educación impartida en las aulas, tener mejores instalaciones, y para sumar con sus actos al prestigio de la institución?”

Para responderla, consultaron a 400 personas por cada universidad estatal de manera telefónica robotizada del 15 al 17 de enero. Sus resultados cuentan con un nivel de confianza del 95 por ciento. Los mejores evaluados fueron los de la UG, UNAM e IPN. ¡A nuestra Universidad y rector tampoco le fue muy bien en esa encuesta!