El poder está concentrado en las manos de una élite corporativa y tecnocrática contra la que debe emerger un amplio contrapoder popular, entonces debemos buscar o inventar una nueva ‘forma partido’”. Balibar
El congreso del Estado, aprobó la propuesta del ejecutivo para modificar la duración de las elecciones y la manera de asignar diputados en los partidos a través de la representación proporcional.
En un primer momento hemos centrado las críticas basadas en una preocupación por la disminución en la asignación de diputados por dicho principio, es decir; los plurinominales, sin embargo, y aún reconociendo que ese es el objetivo político y que ésta reforma se propone en contra del principio de integralidad del acto legislativo y de la igualdad, al proponerse, de manera particular para el próximo proceso electoral y que se impugnará a través del tribunal en la materia. La postura progresista debería priorizar la formas de representación y no una defensa del sistema actual.
El concepto de representación política no surge en el mismo momento que el de democracia ni tampoco es una muestra en la integración del poder legislativo de los diversos sectores sociales. Basta analizar la conformación actual del mismo para darse cuenta de la exclusión.
Por otra parte, la reforma propone una reducción del tiempo de campaña, bajo el pretexto del ahorro y la respuesta obvia es que va en detrimento de la competencia, cuando lo que debería interesar, es precisamente el formato y las características de estas, donde el empleo de la mercadotecnia casi nunca tiene que ver con un mandato del elector respecto a la futura práctica legislativa.
No debemos olvidar que la representación política y la autonomía interna de los partidos, son ficciones que representan un freno y no un fortalecimiento de la democracia. Entonces debemos ir a la regulación jurídica de los resultados de la actividad legislativa que inicia desde la selección de los candidatos. Y fortalecer las acciones afirmativas de género, suprimidas por la anterior reforma también hecha a modo e ignoradas por esta, a pesar del talante que presume la presidenta de la junta de gobierno.
Nos recuerda de nuevo el recorrido de todo lo que hemos pasado como género, donde ya casi a la orilla se vuelve a desdibujar el aliento y la palabra se pierde y se la lleva la tinta, se las lleva a todas para robarnos la alegría y silenciar las esperanzas por las que seguiremos marchando el infinito.
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