Cuando uno comete un error, sólo lo puede saber al momento en que está pagando los costos. Si supiera a priori de esos costos, no cometería el error. Dicho de otra manera, el error (o el acierto) se determina o se define cuando experimentamos sus consecuencias. El proceso interno de toma de decisión siempre involucra algún tipo de proyección o cálculo sobre las posibles consecuencias de esa decisión. El cálculo que yo veo es que si Salgado Macedonio es el candidato a la gubernatura de Guerrero, el presidente López Obrador entenderá con el tiempo que cometió un gravísimo error.

La candidatura de Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero no es un conflicto menor al interior de Morena. Es más, puedo apostar que ninguna otra decisión del Presidente ha causado tanto alboroto dentro. Esa sola candidatura tiene el potencial de lastimar la cohesión y la fuerza electoral del partido. Buenas noticias para los adversarios. Postular a un candidato al que dos mujeres acusan de haberlas violado y al menos otras tres sostienen que cometió abusos sexuales en su contra es una bomba de tiempo en este momento político.

Si algo recuerdo del proceso en el Senado cuando fui parte de la terna de candidatas a ministra de la Suprema Corte es la fuerza y determinación de varias senadoras de Morena. En muy poco tiempo, en alianza con sus pares de otros partidos, las diputadas y senadoras de Morena encontraron la ruta política para cambiar la correlación de fuerzas entre hombres y mujeres en el ejercicio del poder. La reforma constitucional de paridad de género en los órganos del Estado, aprobada el 5 de junio de 2019, parecía que sólo era el principio. Para mí estaba clarísimo que el hecho de que la terna para sustituir a un ministro (hombre) sólo estuviese integrada por mujeres era en parte gracias a esa nueva fuerza femenina en el poder. Morena cuenta con muchísimas mujeres que han militado por años a favor de una agenda feminista. La posibilidad de que el Presidente termine apoyando a Félix Salgado les puede resultar muy inquietante y perturbadora.

Basta con leer el escrito que firman más de 500 militantes y simpatizantes de Morena, encabezadas por la propia secretaria general del partido, solicitando que la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena y todo el partido reconsideren la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero. Quizá muchas coincidan con la legisladora de Morena que pidió anonimato en su entrevista a El País: “hay quienes dicen que la postura del presidente es olfato político, pero creo que son justificaciones para no hablar de lo evidente. No ve el machismo en este tema porque no ha vivido la misoginia, la lascivia o el abuso” (25 de febrero).

La Comisión de Honestidad y Justicia de Morena resolvió ayer que se repondrá el procedimiento de selección del candidato a gobernador para Guerrero. Ello quiere decir, supongo, que se volverá a levantar la encuesta. Supongo también que quiere decir que si resulta que Félix Salgado gana la encuesta, entonces será el candidato. Creo que muchas de las feministas de Morena no podrán dejar de pensar que, si ello pasase, desearían ser la oposición que toma la calle en protesta. Quizá lo que más les duela -pienso- sea ver que un candidato de su propio partido acusado de violación y acoso por varias mujeres se pueda salir con la suya y continuar así violando y acosando a otras más. Demasiado grave como para simple y llanamente pasar la página. La candidatura de Salgado Macedonio es una bomba de tiempo dentro de Morena y el tic tac del reloj comenzará a correr si es que Salgado logra su registro. ¿Por qué no mejor él mismo se baja de esta contienda?