Coahuila
Hace 5 meses
Por: Jesús Carlos Mena Chávez
Saltillo, la capital de Coahuila, fue alguna vez conocida como “La Atenas de México” debido a su rica tradición cultural y artística. En la primera mitad del siglo XX, la ciudad era un centro de creatividad y talento, donde florecían pintores, músicos, poetas y escritores.
En aquellos tiempos, Saltillo era una ciudad pequeña, con una población de alrededor de 60 mil habitantes, pero con una gran cantidad de instituciones culturales y educativas. La Universidad de Coahuila, fundada en la década de 1950, atrajo a muchos jóvenes talentosos. El Ateneo, inaugurado en 1933, era un centro de reunión para intelectuales y artistas, donde se discutían ideas y se presentaban obras de arte.
La ciudad era famosa por sus pintores, como Rubén Herrera, Eloy Cerecero, Emilio Abugarade y Guillermo López, este último especializado en temas taurinos. También había una gran cantidad de músicos talentosos, como Jonás Yeverino Cárdenas, creador del Jarabe Pateño, José Tapia R. y Nicolás Cuevas, quienes dirigían orquestas y tocaban en eventos culturales. También había un profesor, Ismael Fuentes, que nos enseñaba solfeo en cuarto año de primaria.
Sin embargo, con el paso del tiempo, muchos de los artistas e intelectuales que hicieron famosa a Saltillo se fueron de la ciudad. Algunos se mudaron a otras partes del país o del mundo en busca de oportunidades, mientras que otros simplemente desaparecieron de la escena cultural. La ciudad comenzó a cambiar y a perder su identidad artística.
A pesar de esto, todavía hay gente valiosa en Saltillo que recuerda y aprecia la rica herencia cultural de la ciudad. Sin embargo, es claro que la ciudad ha cambiado mucho y ha perdido gran parte de su esencia artística.
Aún recuerdo que en aquellos años había academias de música y de ballet. Y no hay que olvidar al Coro de los Niños Cantores de Saltillo, del padre José Rodolfo Torres.
Hoy en día, Saltillo es una ciudad dividida. Por un lado, hay áreas como Saltillo Norte, Ciudad Mirasierra, Derramadero y Satélite, que parecen ser más prósperas y modernas. Por otro lado, hay zonas que parecen haber sido olvidadas, con casas sin luz, sin agua y con drenajes que se conectan con arroyos que cruzan parques públicos.
La ciudad ha perdido gran parte de su belleza natural y de su identidad cultural. Las huertas y los viñedos que una vez rodeaban la ciudad han desaparecido, reemplazados por fraccionamientos y edificios. La pregunta es: ¿por qué en Saltillo no llueve? La respuesta parece ser que la ciudad ha perdido su equilibrio natural, así como también perdió su esencia artística.
Saltillo fue una ciudad que una vez floreció con arte y cultura. Aunque muchos de los artistas e intelectuales que la hicieron famosa se han ido, todavía hay gente que recuerda y aprecia la rica herencia cultural de la ciudad. Sin embargo, ha cambiado mucho y ha perdido gran parte de lo que la hacía merecedora del título “La Atenas de México”.
Todo esto quiero contarlo porque estuve allí y vi cómo esta ciudad brilló, floreció… y cambió.
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