Las autoridades municipales calcularon que fueron alrededor de 12 mil féminas las que concurrieron a la invitación de los organizadores, y marcharon, recorriendo algunas calles y bulevares de Saltillo, el viernes 8 de marzo. Formaron dos circuitos urbanos, cada uno encabezado por un contingente para recordar el Día Internacional de la Mujer. Muchas de ellas, seleccionaron el color violeta o morado de su vestimenta durante su caminata, para identificarse y así mantener la tradición que se remonta desde principios del Siglo 20 en Europa.
Antecedentes
La sucesión de hechos que dieron lugar al “color”, ahora simbólico del 8M (8 de marzo) fueron aquellos que se dieron en Inglaterra antes de 1918, cuando un grupo de mujeres exigían su legítimo derecho al sufragio político, que se les negaba, porque solo estaba reservado a los varones.
Las sufragistas inglesas protestaban desde las calles contra el parlamento británico, y utilizaron el color morado de su indumentaria, en memoria de decenas de costureras inmigrantes, que murieron tiempo después de haber llegado de Europa a Nueva York, sin haber logrado el sueño americano.
Atrapadas bajo las cruentas llamas provocadas por el incendio de la fábrica en donde laboraban. Lo ocurrido la historia lo registra en marzo de 1911. Algunas versiones de testigos del incendio del edificio coincidían en aseverar que las columnas de humo, que salían del edificio, tras el fuego, tenían una coloración amoratada probablemente derivada de los solventes y químicos de las telas e hilos, que se usaban como materia prima, en la producción en serie de prendas femeninas.
Las diversas manifestaciones de reclamos y emancipaciones visibilizadas durante el 8 M, en diversos países industrializados y periféricos de América y Europa, contrasta sobremanera con las de las mujeres que pueblan las naciones africanas, particularmente las subsaharianas.
Que ni siquiera están organizadas para defender sus derechos universales que son inmanentes de cualquier ser humano. Aun así, lo que demandan a los países que las colonizaron es que intervengan política y económicamente, para que obliguen a las trasnacionales farmacéuticas a proveer al continente sin esperanza de los medicamentos para paliar o retardar los efectos del VIH (sida) que se ha ensañado con la población femenina, infantil y juvenil africana.
El 8M en Saltillo
Durante la manifestación saltillense se pudieron observar carteles que portaban las mujeres en su luengo trajinar, que si algún sociólogo urbano hubiera tenido la paciencia y el tiempo necesario para hacer el ejercicio de leerlos, y además, se le pidiera que se encargase de ordenar por temas las frases, sin olvidar las plasmadas en las paredes, es probable que la mayoría de demandas, reproches, propuestas, etc., que se hacían hacía el Gobierno y a la propia sociedad de hegemonía masculina se clasificarían dentro de dos grandes sectores: el social y económico. El espectro del social es bastante amplio y en ocasiones rebasa su frontera para pulsar aspectos ideológicos sobre la concepción de la misma vida y religiosos en cuanto a creencias y convicciones.
Estos últimos, intangibles por naturaleza, se pueden percibir desde las frases: “Saca tus rosarios de mis ovarios”, “En mi cuerpo yo decido, tu opinión no me interesa”, “Somos las nietas de las brujas que no pudiste quemar”.
La primera frase es una clara alusión a la religión dominante en México sobre la influencia que pueden tener sus ministros en la familia de la persona que ha decidido interrumpir voluntariamente su embarazo; la segunda, aunque es bastante explicita, vale la pena reiterar que se revela contra cualquier manipulación o chantaje sentimental que se puede ejercer desde los círculos afectivos más cercanos a la mujer en cinta para desistirla de su decisión letal.
El derecho a la autodeterminación por encima de toda construcción social y formas “convencionales” de comprender la existencia humana; mientras la última puede ser que la utilicen como una metáfora de lo que sucedió en el siglo 17 en una población (Salem) del norte de Estados Unidos, ejemplo que ilustra hasta donde puede llevar, la desigualdad en el ingreso, el fanatismo, la superstición y el puritanismo (legalismo) religioso y social.
Lo que llama la atención es que no se hayan reconocido los avances que se han tenido en materia legislativa. “El 6 de septiembre de 2023, la Suprema Corte de Justicia mexicana despenalizó el aborto en todo el país gracias a un amparo de la organización feminista GIRE.
La resolución de la Corte obligó a instituciones de salud pública federales a ofrecer el servicio de forma gratuita y señaló que en ningún caso el personal médico podrá ser criminalizado. “También implicó modificación del Código Penal Federal para eliminar el delito de aborto” (Tomado de Periodic Newsletter, 08/03/24).
Otro cartelón, decía: “Ni golpes que duelan, ni palabras que hieran”. Los abusos en contra de las mujeres, suceden en el contexto familiar, según las estadísticas las agresiones a la integridad de las féminas fuera de ese entorno hogareño han sido menores.
“De acuerdo con el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE) 2021, el delito de violencia familiar (al que se le considera una aproximación a la violencia contra las mujeres) registró la segunda mayor frecuencia en 2020, sólo después del robo.
Además, fue el único que presentó un aumento de 5.3% entre 2019 y 2020, mismo que podría atribuirse al periodo de confinamiento por Covid-19 durante 2020, ya que las mujeres, al permanecer más tiempo en sus hogares con otros miembros de su familia, se encontraron más expuestas a la violencia por parte de sus agresores”.
(Continuará)
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