Saltillo, Coah.- “Tiene la biotecnología mucho que aportar a nuestra sociedad, y en este momento debe ser la base para solucionar muchos de los grandes retos que tiene nuestro país”, afirma la doctora Yolanda Garza García, catedrática e investigadora, maestra jubilada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de Coahuila, institución en la que fue docente durante 32 años.

Entrevistada en el segmento Maestros que Dejan Huella del noticiario Despega con Chuchuy de Tele Saltillo, la también fundadora del Postgrado y del Laboratorio de Biotecnología, sin duda de las mentes más brillantes que ha dado la ciencia en nuestro estado, se refirió a dicha especialidad como un área fundamental para el crecimiento y desarrollo en todos los sentidos.

“ La biotecnología es un área de la ciencia que tiene aplicaciones muy importantes y particularmente en este momento, en que la sociedad está más interesada en encontrar soluciones, por todo lo que estamos viviendo por la pandemia, y no solo me refiero al área médica, por ahí escribí un artículo sobre una conferencia que impartí en Nuevo León sobre la Biotecnología en la Nueva Normalidad.

‘Los retos de nuestro país’

“ Y es que se trata de un área que tiene mucho que ver, básica y fundamentalmente, para satisfacer todos los retos que tiene nuestro país en muchísimos aspectos; como por ejemplo, el de proporcionar alimentos seguros, el de avanzar en no contaminar más el medio ambiente, y generar cada vez una mayor cantidad de agua limpia; no me quiero ver tan exagerada de decir que la biotecnología es la panacea para todo, pero repito, tiene mucho que aportar a nuestra sociedad”.

Una destacada mujer de ciencia, orgullosamente coahuilense, nacida en el mineral de Palaú, estudió licenciatura como química farmacobióloga en la Facultad de Ciencias Químicas, institución donde también cursó la Maestría en Biotecnología, realizando después la especialidad en Microbiología, en la Universidad Estatal de Moscú; un doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad Autónoma de Nuevo León, y un Post-Doctorado en Biotecnología Vegetal en el Centro de Bioplantas de la Universidad de Ciego de Ávila de la República de Cuba.

Además, junto con su esposo, el también doctor Jesús Rodríguez Martínez (+), cuando ambos eran docentes en Ciencias Químicas, y tras varios años de estudio en Rusia, regresaron para seguir impartiendo clases y crear el Postgrado en Biotecnología, “lo consideramos pertinente porque no lo había en la universidad, y fue desde solicitar la construcción del edificio para hacer la investigación y luego equiparlo, ir a tocar puertas, conseguir recursos para concretar el proyecto”.

‘Siempre hay que dar un plus’

Pero eso solo lo hacen aquellos maestros con una amplia vocación y pasión por la enseñanza. “Siempre hay que dar el plus, ese extra que te deja la satisfacción, y aunque en todos los casos uno como maestro recibe un salario no puedes decir ‘hasta aquí’, siempre tienes que dar más.

“ Recuerdo que cuando empezamos el aislamiento de microorganismos para orientarlos para obtener aminoácidos, que fue uno de los procesos que implementamos en el laboratorio de Biotecnología, yo llegaba a las 5 de la mañana, y a las 11 de la noche todavía estábamos ahí; los fines de semana nos decían los hijos, ‘mamá, no vamos a ir a Químicas’, y casi siempre terminaban ellos en los jardines y nosotros trabajando”, relata.

Sobre la satisfacción más grande que le dejó su trabajo docente por más de tres décadas en esa su alma mater, asegura: “El convivir con los jóvenes fue muy estimulante, el apoyarlos, el verlos como personas, porque ellos llegan a clase, pero uno no sabe todo lo que ellos cargan, por eso es necesario tener un acercamiento con ellos, y puede que yo sea muy maternal, pero tú no sabes qué problemas tengan”, conscientes, dijo, de la importancia que tendría para las futuras generaciones de profesionales químicos de nuestro estado.

“UN COMEDOR PARA LOS ESTUDIANTES”.

“

Tú como maestro no sabes si sus papás se están divorciando, si les alcanzaron los recursos y recuerdo a un alumno que un día me preguntó ‘¿Doctora cuánta agua debemos tomar?’, y yo le respondí que la fórmula para mantenerse siempre hidratado es calcular tu peso y multiplicarlo por 40, si pesas 70 kilos te da 280, o sea 2.8 litros por día, y el muchacho me decía yo tomo dos litros y medio, pero también lo hago para no tener tanto hambre y que me dure el lonche todo el día, imagínate”.

La doctora hace una pausa y reflexiona: “eso es algo que se quedó en el tintero, que nuestra universidad tenga un comedor para los estudiantes, porque muchos de ellos vienen de otras ciudad, pagan asistencia, rentan una casa, un departamento, son cosas que yo viví, porque mi Padre fue minero”, dijo al referirse al enorme esfuerzo que hizo su familia para darles estudio, y las limitaciones que enfrentaron al estudiar en una ciudad lejos de su hogar.

¿Qué es la Facultad de Ciencias Químicas?

Cuestionada sobre lo que significa para ella la Facultad, institución a la que llegó como alumna y en donde se convirtió en maestra, sentenció: “Es mi casa, es lo que significa, porque estar 32 años trabajando me dio la oportunidad no de hacer turismo científico, pero sí de viajar para aprender más, y sobre todo algo muy importante, gracias a mi Facultad tuve el privilegio de ser representante de México en la Red Iberoamericana de Biotecnología”.

Pese a estar ya jubilada sigue estudiando y preparándose, y claro, disfrutando a su familia, “pero yo estoy lista, dispuesta siempre para seguir aportando a mi estado, a mi país, a mi pueblo natal, Palaú, por el cual hay mucho que hacer, porque se puede hacer mucho por nuestros pueblos, como lo hizo el Rector Salvador Hernández Vélez, con el laboratorio que instaló en Viesca y otro en Cuatrocienegas, lo cual ha sido un gran acierto, y en ese sentido tenemos un proyecto para el mejor aprovechamiento de la candelilla”.

¿Quién es?

Nació en Palaú, Coahuila, el 17 de octubre de 1954.

Formación académica

Es licenciada químico farmacobiólogo por la Facultad de Ciencias Químicas de la UAdeC. 1978.
Realizó la Especialidad en Microbiología en la Universidad Estatal de Moscú M.V. Lomonosov, Rusia, 1982 -1984.
Cursó la Maestría en Biotecnología en la Facultad de Ciencias Químicas de la UAdeC, culminando en 1994 con Mención Honorífica.
Doctorado en Ciencias Biológicas en la UANL-México. 2000 (Summa Cum Laude).
Posdoctorado en Biotecnología Vegetal en el Centro de Bioplantas de la Universidad de Ciego de Ávila de Cuba. 2011-2012.

Experiencia profesional

32 años (1985-2018), profesora investigadora en la Facultad de Ciencias Químicas-Departamento de Biotecnología de la UAdeC.
Cofundadora del Departamento de Biotecnología de la UAdeC, y del Posgrado en Biotecnología: maestría (1992-2018) y doctorado (2004 2018).
Coordinadora ante el Conacyt del Posgrado en Biotecnología UAdeC. 2011-2018.
Jefe del Departamento de Biotecnología: 2011-2018.
Coordinadora de Posgrado e Investigación de la Facultad de Ciencias Químicas de la UAdeC: 2015-2018.
Investigadora en: biotecnología microbiana (biotransformaciones, diseño de medios de cultivo, fermentaciones, identificación de microorganismos, biopelículas), metabolómica, biotecnología ambiental (tratamiento de aguas residuales, producción de energía de base biotecnológica), biotecnología vegetal.
Docente de las asignaturas de Ingeniería Celular, Bioquímica, Microbiología, Biotecnología; en los programas educativos de Ingeniería Química, Químico, Doctorado y Maestría en Biotecnología de la Facultad de Ciencias Químicas-UAdeC.
Ha dictado cursos, diplomados y seminarios en diversas universidades.
Ha desarrollado estancias de formación en importantes universidades y centros de investigación de México, EU, Rusia, Cuba, Singapur, Brasil, España, Chile, Argentina, Paraguay, Guatemala, Argentina, Guatemala, El Salvador y Colombia.