Arte
Por Christian García
Publicado el lunes, 4 de noviembre del 2024 a las 03:27
Saltillo, Coah.- Para Jennifer Clement su vida ha estado, siempre, partida en dos: una en la Ciudad de México y otra en Estados Unidos. Otra, en cambio, es el de la ficción en donde ha publicado novelas como Ladydi, y otra en el de la no ficción con libros como La Viuda de Basquiat. Sin embargo, todas esas divisiones siempre encuentran un punto de unión, quizá una sutura en la apertura de esa memoria que, en este caso, da vida a La Fiesta Prometida (Lumen, 2024), una autobiografía en la que repasa su vida personal y, a la vez, recorre la historia de un país y de una frontera, así como el de una calle: Palmas (ahora Diego Rivera) en Santa Fe, Ciudad de México.
Así, la también periodista repasa, con la memoria y la pluma disciplinada que requiere su oficio, una vida que es un “canto de amor a México”, pero también a quién fue y quién es ahora junto a las personas y experiencias que la acompañaron en ese momento.
“
Es curioso como uno no se conoce, ¿verdad? Yo siempre estaba huyendo de mi casa, siempre hubo en mí un deseo de huir. Definitivamente está eso, pero también el último capítulo se llama Regreso, y creo que el libro es una especie de viaje donde regreso a México.
“Pero es, también, un libro de amor a México. Creo que el libro es varias cosas: por un lado la historia de dos ciudades en dos momentos claves, y también la historia de cómo me hice escritora, cómo fue ese trayecto, cómo llegué a escribir libros y poesía. Pero es también un libro sobre la amistad, porque aparecen de forma especial mis amigas”, comentó la escritora en entrevista con Zócalo.
La Fiesta Prometida es un libro ágil pero también laberíntico debido a su estructura que puede recordar a un mapa con un destino marcado, en el que, sin embargo, la ruta es decidida por una especie de azar. Una memoria recobrada que intenta, a su vez, recuperar dos momentos especiales en las metrópolis de la Ciudad de México y Nueva York, escenarios en los que Clement se encuentra a sí misma por medio de libros y música, de alegrías y tristezas y viajes y conocidos como la escritora Elena Garro, el pintor estadunidense Jean-Michel Basquiat o la cantante Madonna.
“
Quería escribir sobre estas dos ciudades, estas dos épocas y también mi vida, sobre cómo me hice escritora, pues me doy cuenta que las cosas que también me hacen escritora son cosas que he leído, canciones que he escuchado, personas que he conocido. Pero luego me di cuenta de que había ciertas cosas que viven dentro de mí como historias fantásticas, que no me sueltan. Y dije, bueno, también las voy a poner, aunque no sean mis historias.
“
Por ejemplo, hay una historias sobre Elena Garro, que yo pienso que si no las pongo en mi libro quizá nadie sabría de esto. Me las contó muchísimas veces Ana María Xirau, mujer de Ramón Xirau, el filósofo y poeta, en la que Garro se pelea con Ana María y Ramón y les manda dos ataúdes y dos coronas de gallos y las sillas para los que vayan a ir a la misa. Pero todo es una cosa teatral, loquísima, fantástica”, rememora la novelista.
Clement agrega que ahora puede contar eso “por mi edad. Porque llegas a un punto donde tienes suficiente distancia de esos sucesos, y gracias a ella me di cuenta de que viví en una ciudad de México excepcional, azarosa, porque de todas las calles de México donde pudimos haber llegado, llegamos a esa. Entonces inmediatamente estábamos en un mundo artístico, intelectual, fascinante, mexicano, pero nada más por llegar a esa calle. Entonces fue azaroso, pero nada más me doy cuenta de esto ahora. Y luego me doy cuenta también que ese México realmente queda algo, pero también mucho, mucho ha desaparecido, ¿no? Por eso para mí es muy importante toda la parte histórica del libro. Entonces me di cuenta que además fui tocada por personajes muy interesantes de la época, mayores que yo, pero los conocí y ahí estaban.
“
Y luego Nueva York igual, digo, también todo fue azaroso. Digo, yo llego a Nueva York y por razones interesantes conozco a Keith Haring, conozco a Colette, pero a Basquiat, por ejemplo, solamente lo conozco porque estoy trabajando en un restaurante de comida mexicana, que en esa época habían creo que tres. Ahora hay uno en cada esquina”, dice divertida.
Finalmente, La Fiesta Prometida es un libro que permite echar un vistazo al pasado de dos ciudades cosmopolitas llenas de una efervecencia intelectual y artística, pero también a la vida de una joven motivada por la sed de aventura y deseo de conocer el mundo, a sí misma y a los otros. Una serie de memorias que cuentan una verdad: la de su autora.
“
Uno está moldeando desde el simple hecho de que está escogiendo qué contar. Estás tomando una decisión de ‘eso no lo voy a contar’ y ‘esto sí lo voy a contar’. Tu vida ya está moldeada por esa decisión de qué entra y qué queda afuera, porque en un libro no puedes poner todo. Yo sé que es mi punto de vista, quizás si mis hermanos lo escribieran lo dirían de otra manera, pero la verdad es que nada aquí es ficción. Realmente yo no siento que hay nada inventado ahí”, concluyó.
A LEER:
La Fiesta Prometida
Jennifer Clement
Lumen, 2024
312 páginas
369 pesos
Más sobre esta sección Más en Arte
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 1 dia
Hace 2 dias
Hace 2 dias
Hace 2 dias