Saltillo, Coah.- Antony vive con miedo. Hace dos años llegó a México tras salir huyendo de su país, en Centroamérica, cuando fue amenazado de muerte por los maras. La pesadilla inició cuando su hija llegó a la adolescencia y los pandilleros la secuestraron.

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Es un pecado ahorita tenerlos a cierta edad, porque después los mareros los quieren para reclutar o a las niñas se las quieren llevar para que sean mujeres de ellos”, relató.

En Saltillo, su familia encontró un lugar seguro para vivir, tras varios meses de trámites lograron obtener la categoría de refugiados y rehacer sus vidas. Antony consiguió trabajo y sus hijos continuaron con sus estudios universitarios.

Y cuando pensó que aquella pesadilla había terminado, la situación empeoró, pues por un error administrativo su ubicación en Saltillo fue expuesta. Ahora no puede ni descansar por el temor de que en cualquier momento lo encuentren. 

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Sabemos que la MS13 (maras) es una organización grande y aquí en México se sabe que hay mareros y a mí me consta, porque los he visto aquí en Saltillo”, explicó.

Él responsabiliza al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) por la inseguridad que hoy viven y pide que se restablezca a su familia en otro país, antes de que sea demasiado tarde.

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Yo le pedí un reasentamiento a ACNUR, yo no puedo pedir a dónde quiero ir, lo que sí no quiero es ir a un país latinoamericano”, manifestó.

Sin embargo, sus súplicas no han tenido respuesta, incluso el organismo internacional les retiró el apoyo y ahora está más desesperado que nunca.