Arte
Por Christian García
Publicado el viernes, 25 de agosto del 2017 a las 09:05
Saltillo, Coahuila.- Momentos clave de la vida diaria de la ciudad, la cercanía íntima que produce un retrato, o la belleza del paisaje del desierto, forma parte de lo que muestra la exposición Fotografía Coahuila, que ya se exhibe en la galería urbana de las rejas del Ateneo Fuente.
“Esta exposición exhibe piezas de fotógrafos profesionales, de distintas generaciones, que ofrecen una visión muy completa de los múltiples rostros que definen a Coahuila. Así pues, de la ternura a la tragedia y del dolor a la belleza, esta muestra regala al público la posibilidad de ver a nuestro estado con nuevos ojos”, señaló Ana Sofía García Camil, secretaria de Cultura, durante la inauguración de la muestra el pasado miércoles.
La secretaria estuvo acompañada de Olga Margarita Dávila, coordinadora de artes visuales de la Secretaría de Cultura (Sec); Marco Antonio Becerra, director del Ateneo Fuente; Leticia Rodarte, titular de Difusión Cultural de la UAdeC, y el fotógrafo Raúl Cantú, quienes presentaron la exposición y cortaron el listón.
Con un total de 29 fotografías de gran formato, la galería exhibe, hasta el próximo noviembre, imágenes que se dividen en cuatro partes: paisaje, retrato, vida cotidiana y lo social.
EL ENTORNO
El recorrido fotográfico inicia con Paisaje, el cual aborda “la relación del entorno natural con el cuerpo y la estética contemporánea”. Aquí se exponen dos piezas sobre el desierto: la primera muestra un terreno de tierra blanca y seca con un círculo en el centro; seguida por una obra en donde la roca dura es mellada con petroglifos que recuerdan el pasado de Coahuila.
La tercera pieza muestra la espalda desnuda de una mujer en contraste con el panorama abierto de un cielo lleno de grandes nubes y un suelo de flores de manzanilla a sus pies.
La belleza desértica de Viesca se muestra en sus dunas, que se deshacen con el barrer del viento. Otra imagen más exhibe una caravana de carretas conducidas por hombres fuertes que resisten el peso del calor.
Las últimas fotografías que conforman esta sección muestran desde un bosque idílico que rompe con la concepción desértica de Coahuila, hasta un paisaje en blanco y negro que colinda en el desierto de Zacatecas.
ROSTRO Y FIGURA
La intimidad que ofrece el retrato es la segunda sección de la muestra. El objetivo es “analizar las edades, la teatralidad y la diversidad” a través de de cinco imágenes. La primera obra muestra a una mujer por cuyo rostro corre el agua.
“Lo que intenté es referirme al momento de purificación o sanidad. Esta fotografía fue tomada en un momento especial, y al tomar el baño de esta mujer entendí la metáfora de la limpieza sobre el cuerpo”, comentó Sofía Guerra, autora de la obra.
La siguiente pieza muestra a un hombre, con las manos levantadas y unidas, que se encuentra en el escenario del Paraninfo del Ateneo Fuente, con una multitud de butacas vacías detrás de él. Seguida por una fotografía más alegre, en donde una chica descansa sobre una pelota de yoga.
Las últimas dos piezas de esta sección son muestras de los dos lados de la sociedad: un hombre mayor vendiendo globos y el rostro maquillado de una drag queen.
IMPACTO CRUDO
Las dos secciones siguientes podrían considerarse una sola, ya que ambas tejen un puente entre la labor social de los fotógrafos y el trabajo cotidiano del fotoperiodismo. Las tomas dan cuenta de la violencia, pero también de la ternura de una sociedad.
Un bombero arrodillado frente a una casa en llamas es la fotografía que inicia la sección Cotidiana. A su lado, un vaquero, frente a una fachada rojiza, refleja el estereotipo del norteño.
El trágico paso de un tifón queda de manifiesto en la pared derruida de una casa, en donde un hombre lucha por levantar lo que queda de ella. En la pieza que la sigue, aparecen dos jugadores del equipo de futbol americano de la UAdeC, que arrojan una bebida a su entrenador para celebrar que Lobos es campeón.
El cierre de la exposición es Social, sección en la cual “se deja un testimonio de la huella dejada por la violencia y el trabajo arduo que ante la adversidad nos ha hecho fuertes”. Aquí aparecen las pieza más crudas y fuertes de toda la serie.
Aquí se aprecia desde el trabajo de los carboneros, cuyo rostro viejo y sucio de hollín mira al espectador, hasta el cadáver que yace en el fondo de una alberca.
El trabajo tradicional de la pizca de la lechuguilla también tiene un apartado en la exposición, que contrasta con las fotos que dan cuenta de las muertes que ha dejado el crimen organizado en nuestra sociedad. Obras que invitan a la reflexión a través de la dureza de las imágenes que la lente ha capturado.
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