Ramos Arizpe.- Utilizan como capilla uno de los dos únicos salones que tiene la escuela en el ejido de Tuxtepec, donde los estudiantes tuvieron que irse a los poblados cercanos por falta de servicio educativo.

El comisariado ejidal, Román de la Cruz Maciel, dispuso, según los testimonios de los pobladores, que la escuela se convirtiera en capilla y que de ésta sólo tuviera llaves él. “Además de que (el salón) era parte de la escuela, ahora no deja que entremos si no es con su permiso”, comentó un poblador inconforme con la medida.

Sin sacerdote, ni responsable religioso en la capilla que rinda cuenta de por qué se destinó lo que por años fue patrimonio educativo a un fin religioso, en el ejido de Tuxtepec reina la anarquía; las decisiones sin autorización oficial pasan sobre lo que la mayoría de los ejidatarios quieren.

Sin salón y con falta de profesores, los estudiantes tuvieron que mudarse a ejidos cercanos como el de La Reata y Plan de Guadalupe, donde sí cuentan con escuela primaria y secundaria, mientras en su pueblo su aula está invadida de santos, veladoras y una cruz en el techo.

El salón que aún se encuentra en uso está destinado a la educación preescolar de los más pequeños del ejido, mientras que el resto de niños y jóvenes tienen que hacer todos los días el viaje a otros ejidos en un transporte destinado para ellos.

Uno de los tres testigos que Zócalo entrevistó aseguró que hace un par de meses asistió a la Secretaría de Educación del Estado (Sedu) para poner la queja, pero hasta el momento no ha recibido una respuesta ni de razón ni extrañamiento por parte de la dependencia.