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Saltillo, Coah.- Si bien el noreste del país se considera una zona de baja actividad sísmica, la recurrencia de eventos de esta naturaleza en Nuevo León motivó una investigación sobre los temblores registrados en el noreste mexicano por parte del ingeniero geofísico Juan Carlos Montalvo Arrieta.

Montalvo Arrieta, Premio de Investigación UANL 2009 por su estudio de los sismos en el noreste del país, es catedrático de la Facultad de Ciencias de la Tierra en Linares Nuevo León, donde se encuentra una estación sismológica que el año pasado detectó cuatro movimientos telúricos en la región; uno de ellos de 4.4 grados.

Y aunque el noreste de México es una región alejada de las fronteras entre placas donde se registran los terremotos, la recopilación de datos históricos obtenidos por el científico lo llevó a identificar fenómenos tan antiguos como un sismo en 1838, sentido en Monterrey, Villa de Santiago y Montemorelos, y los ocurridos en la segunda semana de enero de 1880.

SALTILLO

También se menciona el terremoto ocurrido en 1841 al sur de la ciudad de Saltillo, Coahuila, en punta Santa Elena, donde se documenta el colapso del casco principal de una hacienda, así como la muerte de seis personas. El terremoto principal fue sentido en las ciudades de Saltillo, San Luis Potosí y Ciudad Victoria.

Por lo que la posibilidad de que ocurran temblores en Nuevo León y el noreste del país no es del todo remota, sino de muy largo plazo, por lo que puede pasar mucho tiempo para que esto ocurra.

Cerca o en los límites de placas tectónicas, la energía generada por el movimiento se acumula en tiempos muy cortos generando sismos muy frecuentes. En cambio, cuando estamos lejos de los límites se necesita más tiempo (centenas o miles de años) para la acumulación de energía de deformación, que daría origen a un terremoto.

TEMBLORES EN NUEVO LEON

La estación sismológica Linares registró en julio de 2009 cuatro temblores, el primero de ellos, de magnitud 4.4, se ubicó a 56 km al noreste de la ciudad de Montemorelos, y los otros tres sismos de menor magnitud se localizaron aproximadamente a 20 km al noroeste de Galeana, en el cerro del Potosí; para estos últimos sismos se reportaron daños a casas habitación en varias localidades del municipio de Galeana.

El Servicio Geológico de los Estados Unidos de Norteamérica ha definido que en la parte central de ese país, incluida su frontera con México, existe la posibilidad de generarse sismos con magnitudes máximas entre 7 y 7.5, el de Haití fue de 7 grados. (Con información de artículos de Mayra Silva Almanza, de la UANL).

HUBO REPORTES PREVIOS AL SISMO

Antes del temblor del sábado, hubo al menos dos reportes más de movimientos telúricos en la región, el primero de ellos registrado por Protección Civil del Estado en Los Lirios, municipio de Arteaga, y otro más en la colonia Guayulera, al poniente de Saltillo.

Sin embargo, su intensidad fue aún más baja, ya que ni siquiera el Servicio Sismológico Nacional registró los movimientos.

“Hace 15 días tuvimos un reporte de Los Lirios, pero la verdad nosotros lo consultamos con la gente de la Universidad Antonio Narro, que tiene personal de suelos en la zona, y nos dicen que es muy común esto por el tipo de terreno, cada cuándo, no sabemos, y no pude emitir un comunicado oficial porque no hubo dónde se registrara, que nosotros hubiéramos tenido conocimiento”, comentó Segismundo Doguin Martínez, de Protección Civil.

De la Guayulera no se recibieron reportes, pero vecinos del par vial Pedro Ampudia reportaron un fenómeno similar ocurrido la madrugada del miércoles, al cual no lograron calificar como temblor hasta que el Sismológico Nacional lo confirmó.

“FUE CIERTO”

“No creímos que hubiera sido un temblor pero al final fue cierto”, reportaron a Zócalo Saltillo, “los vecinos salimos en la madrugada y nos sorprendimos de ver que éramos varios los que lo habíamos sentido”. En cuanto a la posibilidad de una réplica, como las que se registran en sismos de mayor intensidad, Protección Civil asegura que no hay un alertamiento en particular.

“Por parte de Protección Civil no habrá atención especial, ya que afirmó, sería la Secretaría del Medio Ambiente o la Procuraduría del Medio Ambiente quienes tendrían que actuar”, aseguró.

“No hay daños ni víctimas. Esperamos reportes y se hicieron recorridos en colonas del norte de Saltillo y Arteaga, y no se encontró nada que se nos hubiera reportado. No sé cuántas llamadas se recibieron en total, pero no fueron muchas”, señaló.

Respecto a la incredulidad que el fenómeno ocasionó, incluso entre los responsables de la Protección Civil, Doguin Martínez justificó esta reacción ante la rareza del fenómeno: “antes no emitimos absolutamente nada. Nosotros bajamos la información del Servicio Sismológico Nacional, la información que nosotros emitimos fue la oficial del sistema”.

La directora general de Protección Civil a nivel nacional, Ana Lucía Hill Mayoral –comentó Segismundo Doguin– le refirió que un temblor de 3.8 grados es muy leve y que incluso todos los días la página del Sismológico registra un movimiento de este tipo en Oaxaca o en Guerrero, que son zonas altamente sísmicas.

LOS TESTIGOS DEL TEMBLOR
Paola A. Praga

Mientras cortaba carne en un mini súper, en una colonia del oriente de la ciudad, Martín sintió un ligero temblor.

Simultáneamente, Teresa estaba sentada en la sala de su casa viendo tele, cuando sintió que vibró debajo de sus pies.

Los dos vecinos viven en el fraccionamiento El Toreo, una de las colonias donde se sintió el sismo de 3.8 grados Richter del sábado. El inusual fenómeno causó desconcierto en los sectores donde se ubican las colonias Jardines Coloniales, San Patricio, Loma Linda, Mirasierra y Zaragoza.

“Estaba trabajando en la tarde y sentí que se me movió el piso; pensé que era del molino de la entrada, pero se sintió diferente y de hecho estaban unas personas en la tienda y también sintieron lo mismo”, comenta Martín.

El joven dice nunca haber sentido un temblor como el del sábado. Él se enteró que otros vecinos llamaron al 066 para reportar el suceso y les dijeron que el evento no había pasado a mayores.

La señora Teresa Ramírez, quien vive en la calle Esmeralda, también fue testigo del temblor. Sintió que vibró la televisión y los dos sofás de su sala.

“Sentí que se me movieron los pies; fui con mi hermano y dijo que sí sintió también, pero pasó muy rápido, no duró casi nada pero sí se sintió”.