El tema de la discriminación suele ser encasillado, sobre todo en países como México, a temas principalmente de orden racial o de preferencias sexuales. Es claro que éstos temas se tengan como preponderantes en la memoria colectiva, ya que en éstas regiones son los grupos que con mayor intensidad sufren de este prejuicio, sin embargo quiero aprovechar este espacio y esta fecha para hacer un análisis un poco más profundo sobre el tema.
El día 1 de marzo se proclamó desde el 2014 el Día Internacional de la Discriminación Cero. Esta conmemoración se da a iniciativa del entonces Director Ejecutivo de ONUSIDA, posterior a su exitosa campaña celebrada en 2013 que buscaba erradicar la discriminación hacia las personas con sida.. Lo que se busca a raíz de esta fecha, es promover el acceso de todas y de todos a sus derechos humanos y sociales, a vivir de manera digna independientemente de sus creencias, sexo, edad, nivel educativo, profesión o modo de vida, de tener alguna discapacidad oenfermedad, de su nivel socioeconómico, preferencia sexual, apariencia, lengua, religión, color de piel, nacionalidad, etnia, condición médica o de cualquier otro motivo.
De acuerdo al Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), la discriminación es “Una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido”.
En este sentido, hay diferentes grupos de personas que son víctimas de la discriminación, y en este día en particular me gustaría analizar éste terma desde dos perspectivas: Intensidad y dimensión de la discriminación.
Por intensidad, analizaremos a los grupos que son discriminados de manera más profunda, que reciben un mayor desprecio o ataque de la sociedad, un mayor nivel de odio o rechazo y que por lo tanto se ven, en mayor medida, privados de sus derechos sociales y humanos. En este grupo, podemos incluir en México, entre otros, a grupos que son discriminados por sus preferencias sexuales, por su color de piel o etnia o por condiciones de salud o alguna discapacidad.
Por otro lado, está la dimensión de la discriminación; aquí clasificaremos a aquellos grupos que no son discriminados de una manera tan intensa, pero si de una manera más generalizada. Según la Encuesta Nacional de Discriminación 2017, las principales causas de discriminación durante el año pasado fueron la forma de vestir, el peso, la estatura, la edad, las creencias religiosas y el nivel socioeconómico de las personas. Este tipo de discriminación, al no ser tan evidente como la más intensa, puede ser igual de dañina ya que se convierte en un mal invisible, que se vuelve hasta “socialmente aceptable” y que por lo tanto no se combate de igual manera.
Recordemos en este mismo contexto que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por la ONU desde el 2015 es justamente la Reducción de Desigualdades. Este punto, el número 10 de los 17 planteados, en su apartado 10.2 especifica: “De aquí a 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición”.
El día de hoy querida amiga, estimado amigo que me hacen el favor de leerme, quiero invitarlos a hacer conciencia de la importancia de la no discriminación, por supuesto a quienes de manera más intensa son víctimas de este horrible prejuicio, pero en particular me gustaría que hoy realicemos una reflexión de esadiscriminación invisible que, de manera muchas veces inintencionada, hacemos a quienes de manera errónea consideramos diferentes por su peso, su forma de vestir, su estatura o su nivel socioeconómico. El daño que hacemos a estos grupos es muy fuerte en ocasiones irreversible; este valioso estudio realizado por el INEGI nos hace saber que duele ser discriminado, que vulnera y que impide el acceso pleno de todas y de todos a el derecho que tenemos de vivir de manera plena.
Es muy fácil, cuando salgas a la calle, cuando trates con cualquier persona, piensa en como te gustaría ser tratada o tratado si estuvieras en su condición. Hagamos de este un mundo más parejo, sí está en nosotros, entre todas y todos podemos hacer mucho más de lo que imaginamos.