Nacional
Por Grupo Zócalo
Publicado el sábado, 7 de diciembre del 2024 a las 11:32
Ciudad de México.- Un brote de Klebsiella oxytoca registrado en cuatro unidades de salud del Estado de México ha encendido las alarmas sanitarias en el país. Hasta el momento, se han confirmado 20 casos relacionados con una posible contaminación de la nutrición parenteral (NPT) o de los insumos utilizados para su administración.
De estos casos, lamentablemente se reportan 13 fallecimientos, los cuales están bajo investigación para determinar si la bacteria fue la causa directa de los decesos.
Los 7 pacientes restantes permanecen bajo atención médica y han dado negativo en sus cultivos bacterianos tras recibir tratamiento. Autoridades sanitarias nacionales y estatales trabajan a marchas forzadas para contener el brote y esclarecer su origen.
Acciones inmediatas para controlar el brote
La Secretaría de Salud (Ssa) informó que desde el 29 de noviembre, cuando se detectaron los primeros casos, se implementaron medidas urgentes para mitigar el impacto del brote.
Cofepris emitió una alerta sanitaria y ordenó la inmovilización preventiva de todos los lotes de nutrición parenteral producidos por la empresa involucrada a partir del 21 de noviembre.
En una inspección realizada en la central de mezclas, Cofepris concluyó que no se encontraron irregularidades críticas en las instalaciones. Sin embargo, las investigaciones continúan, incluyendo un análisis exhaustivo de las materias primas utilizadas.
Coordinación interinstitucional para determinar el origen
La Ssa, en conjunto con:
La Dirección General de Epidemiología,
Cofepris,
El InDRE
Y autoridades del Estado de México, ha establecido un frente común para:
Rastrear el origen del brote.
Evitar su propagación.
Intensificar la vigilancia epidemiológica en las unidades médicas afectadas y en otras entidades para descartar nuevos casos.
Monitorear los procesos de fabricación, distribución y aplicación de las nutriciones parenterales.
Riesgos asociados a la Klebsiella oxytoca
Klebsiella oxytoca es una bacteria oportunista que puede causar infecciones graves en personas inmunocomprometidas.
Puede provocar desde infecciones urinarias y respiratorias hasta sepsis, dependiendo de la vía de entrada y las condiciones del paciente.
Se propaga a través de insumos médicos contaminados, reforzando la necesidad de estrictos controles de calidad.
Autoridades sanitarias han llamado a la calma, destacando que las medidas adoptadas buscan garantizar la seguridad de los pacientes y minimizar los riesgos de nuevos brotes.
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