España.- El cura Cesáreo Gabaráin, autor de aproximadamente 500 temas litúrgicos y el único cura que ha sido disco de oro en España, es acusado de diversos abusos sexuales.

“
Tú has venido a la orilla…”, así empieza una de las canciones de misa más populares del mundo, Pescador de hombres, la cual fue compuesta en el año de 1974 por el sacerdote vasco, Cesáreo Gabaráin, quien llegó a ser prelado personal de Juan Pablo II de la Iglesia católica en 1979 hasta su muerte en 1991, con 54 años es acusado de pederasta.

De acuerdo con el medio El País, Cesáreo Gabaráin, tenía una cara oculta con cuatro exalumnos del colegio de los maristas de Chamberí, en Madrid, donde era capellán y director espiritual.

De acuerdo con El País, es descrito como “el doctor Jekyll y mister Hyde, por un lado, un cura carismático, popular, amigo de deportistas famosos y del Papa, y por otro, un pederasta. Algo inimaginable para todos los que le admiran”, acusa Eduardo Mendoza, de 57 años.

Eduardo fue el primero que denunció ante su tutor en 1978, una decisión, que según estos testimonios, acarreó la expulsión de Gabaráin del centro. Tanto los maristas como la archidiócesis de Madrid van a abrir una investigación.

Sin embargo, con esto salieron a la luz nuevos casos de abuso, el total de los conocidos en el clero de España asciende a 356, con 892 víctimas, según la contabilidad de El País, ante la ausencia de datos oficiales o de la iglesia, la cual hasta el momento sigue negando a investigarlo.

Aún con la salida de Gibaráin del colegio, el cura fue recolocado en otro, en el de San Fernando en Madrid y a los dos meses Juan Pablo II le nombró prelado de Su Santidad, título honorífico que el Pontífice concede a personas de especial relevancia, por decisión propia o a propuesta del obispo de su diócesis.

Aunque no esta claro a cuál pertenecía Gabaráin, que se ordenó en San Sebastián, pero pasó la mayor parte de su vida en Madrid.

La archidiócesis de la capital afirmó al diario El País que el sacerdote no aparece en sus registros como incardinado en su territorio.

Los maristas estaban obligados a informar a este obispado de lo ocurrido en el colegio de Madrid, en estos casos el arzobispo de la capital era el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, presidente de la Conferencia Episcopal Española.

En el año de 1982, con la primera visita del Papa a España, Gabaráin dirigió la orquesta que cantó, entre otras muchas la de “Pescador de hombres” en un multidinario encuentro con jóvenes en el estadio de Santiago Bernabéu.

Gabaráin era un cura muy conocido y de impacto mediático, incluso también era amigo de futbolistas del Real Madrida, capellán del equipo ciclista Fagor y “pater” de la Vuelta Ciclista a España.

Además, sus canciones se han traducido a varias lenguas y se corean en las mismas de todo el mundo.

“El 80% de lo que cantamos en nuestras iglesias lo ha compuesto este cura”, mencionó un sacerdote español, además su canción “La muerte no es el final” fue elegida en el año de 1981 como el himno oficial para honrar a los caídos de las Fuerzas Armadas Españolas.

Era conocido como “un sacerdote moderno” que introdujo el pop y los instrumentos de rock en las celebraciones.

Sus misas de los domingos en el salón de actos del colegio de Chamberí eran muy populares, estaba acompañado de un grupo con guitarras eléctricas y batería.

El cura tenía un nivel económico superior a los demás, hasta tenía un Mercedes, era descrito como una persona carismática y simpático, lo recuerdan tocando la flauta con la nariz y “atraía a los chavales”, de acuerdo con lo que recuerda Pedro Tena, un alumno de los setenta.

Te dejaba fumar en el despacho, con 13 o 14 años, cuando ibas a verle

Sin embargo, añade que lo siguiente: “Nos dijeron, está muy arrepentido, ha pensado en suicidarse”.

El episodio, que según los exalumnos, desencadenó su marcha del colegio sucedió en el mes de diciembre de 1978, en unos ejercicios espirituales en Los Molinos, una residencia de los maristas en la sierra de Madrid.

Agregó Mendoza que cada uno dormía en una habitación, tras la primera noche, su compañero de al lado acudió con él muy asustado porque quería contarle que Cesáreo había abusado de él. “Aún recuerdo su cara de terror”.

Planearo que esa noche se pasara a su habitación a través de una terraza común. Se quedaron hablando y al oír el ruido entró su tutor, el hermano Aniceto Abad. Les regañó y les preguntó qué era lo que hacían juntos.

“Entonces se lo conté y se puso muy serio, dijo que era algo muy grave, y nos preguntó si le había pasado a más chicos. Salieron, que yo sepa, dos más. A partir de ese momento el hermano Aniceto se ocupó del tema y habló con las familias de los chavales. Cuando volvimos al colegio en enero de 1979, Cesáreo ya no estaba”.

Mendoza dijo que su tutor, el hermano Aniceto, ya había fallecido, pero les creyó y les ayudo a que echaran a Gabaráin del colegio.

“Era un depredador. Cuando nos duchábamos, bajaba a los vestuarios a mirar”.

Uno de los jóvenes que fue víctima del religioso, fue César Aguilera, que ha fallecido. Recuerda su hermano Manuel:

“Mi hermano volvía a su cuarto de ducharse y el padre Cesáreo entró y empezó a decirle mientras intentaba abusar de él”.

Cesáreo Gabaráin le habría dicho: “Eres un bichito malo“. Pero en ese momento llegaron sus compañero y le salvaron.

Días después le contó todo a su hermana, que lo convenció a decirle a sus padres.

“Enmudecieron porque vieron que ese secreto a voces, al final, era verdad”.

Fue su padre que tomó el teléfono y llamó a los padres de las otras víctimas para ir a hablar con el director, el hermano Aquileo Manciles Bauñuelos, también fallecidos, quien para su sorpresa no se lo negó y dijo que Cesáreo Gabaráin lo sabe y que esta muy arrepentido con las víctimas, que la ha estado pasando muy mal y que dice que ha pensado en suicidarse.

El padre de la víctima amenazó con contar todo a la prensa, por lo que ocurrió la salida de Cesáreo Gabaráin de los maristas de Chamberí a finales de 1978.

El encubrimiento de Cesáreo Gabaráin fue rápido pero “a los dos meses le hicieron prelado de Su Santidad, nos quedamos helados”, relató mendosa.

Incluso en varias entrevistas, Juan Pablo II confesó que en el momento de su selección como Pontífice en octubre de 1978, los versos de la canción “Pescador de hombres” sonaban en su cabeza.

Cesáreo Gabaráin fue nombrado prelado cinco meses después, el 21 de marzo de 1979. Y al igual que otros casos de sacerdotes pederastas ya habían salido a la luz, por lo que cuestionaban la actitud de Juan Pablo II con estos delitos.

Juan Pablo II era cuestionado por el encubrimiento durante décadas del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel en México, o lo que ha revelado sobre el cardenal de Estados Unidos Theodor McCarrick.

Era responsabilidad de la Iglesia abrir una investigación e informar al menos a dos obispos, al de la diócesis de Madrid, el cardenal Tarancón y también al de la diócesis a la que estuviera adscrito el religioso implicado.

Aun que la provincia mirística Ibérica asegura que desconocía por completo el caso y señala que los responsables actuales entonces eran muy jóvenes.

Ahora abierto el caso de una investigación para aclarar cómo se actuó, pero debido a las fechas, los colegios están cerrados y apuntan que es difícil hacer averiguaciones con rapidez.

Además, los protagonistas del caso ya han fallecido y la orden está buscando a hermanos que estuvieran en el colegio en aquella época para aclarar lo sucedido.

Sin embargo, la archidiócesis de Madrid ha explicado que no hay constancia en sus archivos de ningún episodio de pederastia relacionado con Gabaráin, no obstante, la diócesis anuncia que esta dispuesta a abrir una investigación y recibir posibles denuncias, así como a prestar asistencia a las víctimas a través de su proyecto “Repara”.

Con información de Debate