Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el miércoles, 12 de mayo del 2021 a las 10:28
Monterrey, NL.- Joseph Beuys fue un escultor social: sus piezas buscan moldear a la sociedad conduciéndola a ideas más humanas.
Figura central del arte del siglo 20, el creador alemán nació hoy hace 100 años, siendo su legado igual de trascendental que el de Duchamp y Warhol.
“Su gran aportación es el concepto de escultura social”, resalta el curador Gonzalo Ortega, experto en arte en contexto.
“No va a moldear materiales habituales de la escultura, sino él lo que quería moldear era la sociedad, la mente colectiva, con temas muy positivos”.
Beuys nació en Krefeld y creció en Rindern, Alemania, donde estudió. En 1941 se incorporó al ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial, donde fue radiotelegrafista, artillero y piloto.
En 1943, su avión se estrella en Ucrania, donde fue encontrado por nómadas tártaros, quienes lo envolvieron en grasa animal y fieltro, salvándole la vida.
“Beuys consideró que renació porque encontró un sentido a su vida, porque estuvo en la juventud hitleriana”, cuenta Ortega. Cuatro años después ingresó a estudiar arte a la Staatliche Kunstakademie Düsseldorf.
Realizó más de 70 acciones, 50 instalaciones y 130 expos individuales.
Fue en esa misma academia, en 1961, donde Beuys desarrolló su vocación pedagógica de manera intensa, señala el curador suizo Harald Szeemann, en el texto de una retrospectiva del Museo Reina Sofía, en 1994.
“Que una alumna mía eduque algún día mejor a sus hijos es para mí mucho más importante que haber formado a una gran artista”, dice una cita de Beuys en el texto.
Una de las obras que muestran su escultura social es “7000 oaks” (1982): una instalación de 7 mil robles cada uno acompañado de una piedra.
La acción consistió en reforestar la zona, abatida por la guerra, con la participación de los ciudadanos. Tomó cinco años concluirla.
“Es muy poética”, opina Ortega, “reforestó una ciudad y levantó una piedra. Es como un acto ritual, como si estuviéramos en un mismo horizonte entre el pasado y el futuro”.
Otra de sus obras es “I like America and America likes me”, de 1975, que surgió cuando viajó por primera vez a Estados Unidos desde Düsseldorf.
A su llegada a Nueva York, se envolvió en fieltro y fue trasladado en una ambulancia a una galería, donde estuvo encerrado con un coyote por tres días.
El artista falleció el 23 de enero de 1986.
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