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Comparecencia

Por Columnista Invitado

Hace 2 años

Por: Sergio Aguayo

La comparecencia de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, ante el Senado de la República (21 de septiembre) se caracterizó por la abundancia de datos sueltos y la ausencia de una explicación y una estrategia coherentes.

La presentación de la secretaria destacó por un triunfalismo sin garra intelectual. Presumió de un Gabinete madrugador que conversa cada día sobre la seguridad en Palacio Nacional. Enfatizó tres ideas: heredaron un cochinero, no buscan continuar la guerra sino construir la paz y su estrategia va bien porque ataca las raíces estructurales combatiendo, por ejemplo, la pobreza con programas sociales. Dio cifras, muchas cifras y acuñó una muy buena frase: “‘abrazos no balazos’ no significa que estemos cruzados de brazos”. Le faltó una visión de conjunto de la cual se desprendieran líneas de acción y plazos estimados para la consecución de objetivos claros.

Las senadoras y senadores de Morena solo aportaron frases hechas. Las oposiciones sí lanzaron ristras de preguntas, pero la mayoría se quedó sin respuesta. Lo ilustro con la pasividad de la Guardia Nacional. Una aliada de Morena, la senadora por Zacatecas, Geovanna del Carmen Bañuelos De la Torre (PT) soltó una frase durísima, “Zacatecas es el estado de las fosas clandestinas, de los colgados en los puentes, de las balaceras, de los desplazamientos forzados”. Luego interpeló “¿qué está haciendo la Guardia Nacional en Zacatecas?”. La senadora Lilly Téllez (PAN) verbalizó de otra manera una inquietud que recorre México: “¿tiene la Guardia Nacional la orden de no hacer nada para combatir al narco?”.

La secretaria ignoró a Téllez pero le respondió a Bañuelos con una explicación con tufo calderonista. La violencia –dijo– “obedece a la lucha de cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, pues buscan controlar la zona y las rutas hacia Estados Unidos para el tráfico de mercancías ilícitas”. La senadora Claudia Edith Anaya Mota, también de Zacatecas, pero representando al PRI, la corrigió: “no es una guerra entre ellos, porque aunque no te metas, te toca”. Y luego hizo una afirmación alarmante: “la Guardia Nacional se voltea cuando van pasando las camionetas adaptadas con torretas y cargadas de hombres armados. La instrucción de arriba es no meterse”.

Armé los párrafos anteriores con intervenciones muy distantes entre sí. El formato es antiquísimo. La compareciente se explayó durante 20 minutos, vinieron dos tandas de preguntas y luego la funcionaria respondió a lo que se le antojó. Y tuvo pocos antojos. La presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero de Morena, concedía cortésmente la palabra sin pedir más precisión a la secretaria.

En lugar de un diálogo informado fue una retahíla de monólogos inconexos. La violencia que vivimos amerita un intercambio directo. En Inglaterra, cada miércoles el Primer Ministro se somete a los duros cuestionamientos de los parlamentarios y está obligado a responder a las preguntas y a las repreguntas.

La de la secretaria fue una comparecencia irrelevante, indigna de un país asediado por la criminalidad. La estrategia de seguridad de la 4T tiene buenas intenciones, pero escasos resultados. La oposición es buenísima para criticar, pero pésima para proponer o implementar soluciones en tribuna o en los territorios que gobierna. Si bien nos va, la delincuencia organizada tendrá tres años para seguirse empoderando.

El evento dejó preguntas sin respuesta y mensajes inquietantes. El principal fue que la secretaria llegara escoltada por cuatro varones poderosos. Uno, civil, iba trajeado y encorbatado: era el secretario de Gobernación que se fue muy pronto. Los otros iban uniformados y estuvieron todo el tiempo sin pronunciar palabra. ¿En qué pensaban? ¿Aclararán en algún momento la razón de la pasividad de la GN? ¿Fue idea del Presidente y/o de los secretarios de Defensa Nacional y Marina y del comandante de la Guardia Nacional ir al Senado con la secretaria? ¿Qué deseaban decir a senadores y ciudadanos? ¿Sería acaso una forma de intimidación resumida en la popular expresión de “o se aclimatan, o se aclichingan?”.

PD. Ante el anquilosamiento del Senado es una buena noticia que cinco senadores hayan decidido crear una nueva bancada.

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