A lo largo de la historia, los mercados de la nostalgia han desempeñado un papel crucial en la preservación de la identidad cultural de los pueblos en el exilio. Estas redes comerciales no sólo mantienen vivas las tradiciones, sino que también funcionan como un puente entre los migrantes y sus raíces. De manera similar, quienes emigran por razones laborales crean sus propios espacios de consumo nostálgico, reforzando el sentido de pertenencia a su país de origen.
El sicólogo estadunidense Abraham Maslow (1908-1970) fue uno de los pioneros en el estudio de las necesidades humanas, tanto materiales como sicosociales. Según su teoría, una vez satisfechas estas necesidades, el individuo puede alcanzar su desarrollo pleno, sin que necesariamente intervenga la cantidad de dinero o riqueza que posea.
En 1943, Maslow publicó su prestigioso artículo A Theory of Human Motivation, en el que propuso una jerarquía de necesidades organizada en cinco niveles: fisiológicas, seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. Esta teoría suele representarse mediante una pirámide, donde las necesidades más básicas para la supervivencia ocupan la base, mientras que en la cúspide se encuentran las de autorrealización. A partir de la década de 1960, surgieron diversas teorías que complementaban la visión de Maslow desde una perspectiva económica. Estas consideraban que los bienes y servicios del mercado poseen un doble valor: de uso y simbólico o cultural. El primero se refiere a los costos de producción y comercialización de una mercancía, determinados por factores como la oferta y la demanda. El segundo, en cambio, representa un valor no económico, especialmente para ciertos sectores de la población, como los migrantes, quienes al consumir ciertos bienes satisfacen necesidades emocionales o sociales.
El mercado de la nostalgia
Es un nicho comercial que ofrece productos y servicios dirigidos a personas que viven fuera de su país de origen. A través del consumo de bienes gastronómicos, entretenimiento y festividades culturales y religiosas, este mercado permite a los migrantes mantener un vínculo con su terruño. Desde la venta de artesanías evocativas de celebraciones tradicionales, hasta la exhibición de películas y la presentación de artistas, estos productos, experiencias y eventos refuerzan la identidad cultural del consumidor, al despertar recuerdos familiares e infantiles mediante la música, el cine y otros elementos significativos.
En este sentido, el mercado de la nostalgia contribuye a la preservación de la pertenencia, identidad, memoria y continuidad de las tradiciones de quienes han emigrado. El consumo simbólico se aprecia de manera clara y sostenida con los migrantes nacionales en Estados Unidos. Mercado que se expande y fortalece con la llegada de nuevos flujos migratorios al país vecino del norte.
Población nacida en México radicando en EU
Un análisis de la composición demográfica y económica de la población mexicana en Estados Unidos revela tendencias significativas para quienes estudian las políticas migratorias y económicas de ese país. En 2024, aproximadamente 8 millones de mexicanos residían en California, Texas, Arizona e Illinois, mientras que 4 millones estaban distribuidos en otros estados como Nueva York y Nueva Jersey. En ese mismo año, la población sin documentación oficial ascendió a 4.1 millones, lo que representa cerca de 34% del total de migrantes mexicanos. La edad promedio de los migrantes mexicanos en EU se situó en 45 años. En términos educativos, más de 20% de los 12 millones de migrantes mexicanos tenían estudios de primaria completa o inconclusa, mientras que el resto había cursado secundaria o preparatoria.
Saldo migratorio entre México y EU(2018-2024)
En 2018, la población nacida en México y residente en Estados Unidos era de 12.3 millones. Para 2024, esta cifra se redujo 2.44%, reflejando una disminución en el número de migrantes en un periodo de seis años. En 2024, 107 mil 700 mexicanos obtuvieron la ciudadanía estadunidense, cifra inferior a la de 2023, cuando se registraron 111 mil 500 naturalizaciones. De cada 100 migrantes mexicanos, sólo 35 han conseguido la ciudadanía estadunidense, una proporción menor en comparación con otras comunidades migrantes. Estados Unidos deportó a aproximadamente 190 mil 491 migrantes mexicanos en 2024, lo que equivale a un promedio de 570 deportaciones diarias.
Por otro lado, el regreso voluntario de migrantes a México ha aumentado en las últimas décadas. Entre 2000 y 2010, el retorno creció en 209%, pasando de 267 mil, a 826 mil personas. A pesar de los retornos y deportaciones, México sigue siendo un país expulsor de población. Durante el sexenio 2018-2024, el saldo migratorio con Estados Unidos fue negativo, ya que más personas emigraron que las que regresaron. Sin embargo, según el Consejo Nacional de Población (Conapo), la tasa de crecimiento de la migración de retorno ha aumentado en comparación con décadas anteriores. (Fuentes: Inegi, Conapo, BBVA).
Conclusiones
El ser humano es una combinación de espíritu, alma y cuerpo, por lo que, además de satisfacer sus necesidades materiales, requiere cubrir aspectos emocionales y afectivos que le brinden paz y contentamiento.
En este sentido, Abraham Maslow, uno de los principales exponentes de la sicología humanista, teorizó sobre la importancia de la filiación, el reconocimiento y la autorrealización en la construcción del bienestar individual. Más adelante, surgieron teorías que expandieron esta visión y señalaron que los mercados pueden ofrecer productos y servicios que no sólo cumplen una función práctica, sino también emocional. Específicamente, los productos nostálgicos conectan con los recuerdos y la identidad de los consumidores, satisfaciendo su necesidad de pertenencia y reforzando su vínculo con experiencias pasadas.
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