Arte
Por
Christian García
Publicado el viernes, 19 de abril del 2024 a las 06:33
Saltillo, Coah.- “Yo creo que las plantas son nuestras maestras”, dice la artista visual, curadora y gestora cultural Talía Barredo rodeada de fotografías que crecen como ramas. La frase no es gratuita pues en ese bosque de imágenes se dibuja un árbol genealógico. El de ella y sus raíces que se extienden hacia el pasado y que, ahora, salen a la luz en su exposición Los Jardines que Siempre Existieron.
Esta exposición inició como una investigación sobre la memoria. La física conservada en las fotografías pero también en la personal que trasciende las generaciones. Pues “partía de la necesidad de conocer las historias, de entender algunas cosas que siempre quedaban en el aire”. Interrogantes que sólo crecieron cuando Barredo visitó la casa de su bisabuela que fue fotógrafa y encontró algunas instantáneas que le generaron nuevas cuestiones, mismas que buscaban responderse conforme el proceso de la exposición avanzaba, pero ya no como una investigación individual, sino comunitaria pues “surgieron nuevos diálogos, preguntas a mis papás, a mis tías. A primas con las que yo no tenía mucho contacto. Y era como si yo supiera que había historias ahí que no me eran ajenas, aunque no estaban claras. Entonces el proceso de estarlas viendo día tras día me hicieron ver esas historias”, apuntó la fotógrafa.
Así, Barredo comenzó a trabajar con diferentes técnicas cercanas a la fotografía “el trabajo de mi abuelo”, sin embargo ninguna satisfacía su interés hasta que se dio cuenta de que “los materiales me fueron guiando por dónde ir, porque las fotografías me decían que este no era un homenaje a mi bisabuelo, sino más bien a las mujeres”.
Por ello, Los Jardines que Siempre Existieron, que se inauguró el jueves en la galería María Alicia García Narro del Centro Cultural Casa La Besana, es precisamente un bosque de técnicas tan variables como los rostros que se encuentran ahí. Hay desde clorotipia, en donde se hace una transferencia fotográfica en hojas de plantas, hasta la transferencia en tela que han sido intervenidas con hilos y otros trozos. Pero también se encuentran instalaciones llenas de objetos que Barredo encontró conforme trabajaba en el proyecto así como ramas llenas de flores.
Así, los colores blancos de las telas que se cubren con las líneas y puntos oscuros de los rostros impresos juegan con las luces doradas de algunas hojas verdes, de donde brotan hilos guindos y dorados, que recuerdan un poco al método de restauración japonés llamado kintsugi en el que se usa un pegamento dorado para rehacer cualquier objeto quebrado, sin negar su ruptura, sino haciéndola visible.
Para Barredo “mi pregunta más profunda era: ¿por qué estoy indagando sobre sus historias?, y me di cuenta de que lo que quería era darle su lugar a cada una de ellas sin juicios, sin contextos de otra época, sino más bien desde mi investigación e intereses como artista y persona. Porque me di cuenta de que en esa búsqueda de ellas me estaba buscando a mí, o mejor dicho, el lugar que ocupo frente a ellas” y en esta exposición “lo roto se une con las lágrimas, con soltar… con el hilo de oro”, concluyó.
Los Jardines que Siempre Existieron se realizó con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (Pecda), y estará expuesto en el Centro Cultural Casa La Besana durante un mes.
Visítala:
Los Jardines que Siempre Existieron
De Talía Barredo
Centro Cultural Casa La Besana
(Mariano Escobedo 222, Zona Centro)
De 10:00 a 21:00 horas
Entrada libre
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