Cuando se eliminó del Código Penal del Estado de Coahuila de Zaragoza, el delito denominado resistencia de particulares, famoso por causar hartazgo en la sociedad, se pensó que era un triunfo de los derechos humanos sobre el abuso de la autoridad.

Dicho delito se encontraba en el artículo 219 del referido ordenamiento, señalaba lo siguiente: SANCIONES Y FIGURA TÍPICA DE RESISTENCIA DE PARTICULARES. Se aplicará prisión de seis meses a cinco años y multa: A quien emplee la violencia física o moral al  oponerse indebidamente a que la autoridad o sus agentes ejerzan alguna de sus funciones; o se resista al cumplimiento de una orden legítima, cuya ejecución se lleve a cabo en forma legal.

Por este delito se cometieron muchos atropellos, innumerables ocasiones los agentes de la ley detenían a las personas en forma arbitraria, la mayoría de las veces sin fundamento alguno, desvirtuaron el ánimo de la norma y la utilizaron a su antojo para tomar ventaja de su estatus de guardianes del orden.

Ahora, aunque sea difícil de creer, vamos de mal en peor, o como comúnmente se dice, nos salimos de la sartén para caer directo a la brasa; las detenciones ilícitas no paran, basta que los agentes, sigan una línea de investigación por un delito mayor, para que ante cualquier señalamiento, llámele chisme si usted quiere, detengan sin miramientos a cualquiera que esté o no bajo sospecha, sin embargo, debido a que no existe ya el delito de resistencia de particulares, los agentes captores han echado mano de otras figuras enumeradas en el catálogo de delitos vigentes, como los de narcomenudeo, para estirar la liga, y poder investigar a sus anchas al detenido sin tener que observar el término legal.

El problema radica en que, como no les gusta trabajar, acostumbrados a que todo les caiga directo a sus manos, cuando les corresponde investigar un delito mayor, dígase un homicidio, un secuestro, o aquellos relacionados con la delincuencia organizada, se vuelven un manojo de excusas, delegando funciones incesablemente, que, simplemente no pueden integrar una carpeta de investigación dentro del término constitucional.

Es decir, si el Ministerio Público tiene conocimiento de la comisión de un hecho delictivo, se tiene que abocar al esclarecimiento de los hechos de forma inmediata y cuando sucede que detienen en flagrancia a la persona que probablemente cometió se ese hecho o participó en su comisión, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos le concede a ese Ministerio Público, un término de 48 horas para realizar la investigación inicial y ponerlo sin demora a disposición de un autoridad judicial, según lo establece el artículo 16 Constitucional.  

Pero esto, en la mayoría de las ocasiones, no sucede así, lo que común mente pasa es que, detienen a una persona en flagrancia y para no verse presionados con la necedad del término constitucional de 48 horas, le inventan otro delito de pacotilla, antes era el de resistencia a particulares, haciendo gala de la frase “mientras son peras o son manzanas, tu súbelo a la patrulla hay después averiguamos”.

La pacotilla según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, es una porción de géneros que los marineros u oficiales de un barco pueden embarcar por su cuenta libre de flete; y es precisamente la usanza de algunos Ministerios Públicos, le cargan delitos a la cuenta de los detenidos cual si estuvieran libres de flete, solo para burlar al sistema penal garantista, pisoteando los derechos humanos de todo imputado sin escrúpulos, con la diferencia de que,  contrario a la pacotilla, estos delitos como la posesión simple de narcóticos, la posesión de narcóticos con fines de suministro o de comercio; el delito contra las funciones de seguridad y justicia comúnmente conocido como halconeo, no son gratis ni libres de flete, son bien cobrados por la administración de justicia.

Puesto que, si detienen a una persona bajo sospecha de haber cometido un delito mayor, mientras averiguan y agarran valor para trabajar como se debe, sacan como el 007, una licencia para detener, inventando un delito de posesión de narcóticos para que la persona pase del término de detención de 48 horas, al de prisión preventiva por más de 1 mes, que se concede como plazo de investigación complementaria y así ellos tranquilamente puedan investigar a sus anchas el delito que requiere mayor esfuerzo mental, que al cabo, qué importa que esté prohibido por la constitución, de todas formas burlan la ley y la acomodan a su antojo, bajo la apariencia de buen derecho, pero solo es eso, solo una pobre y paupérrima apariencia.

Cuando por fin está llevándose la causa por el delito mayor, resulta que, hay acumulación de causas, configurándose un concurso real de delitos, que trae el incremento de la imposición de la pena final; si se hiciera una encuesta de ello, resultaría que la gran mayoría de los acusados de delitos mayores, casualmente tienen en su haber un delito de pacotilla por las mismas fechas.