Entendiendo la frase de “la realidad supera la ficción”, los bancos de semillas sobresalen como una opción ante este escenario en el mundo y en nuestro país.
En el mundo, existen alrededor de mil 500 bancos de semillas repartidos en más de 150 países, los cuales tienen como función principal conservar semillas de todas las especies para su preservación. En México, existe uno que se encarga particularmente del resguardo de especies silvestres nativas de nuestro país.
En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, ubicada en Tlalnepantla, Estado de México, se encuentra la colección científica reconocida por la Semarnat, y que ha trabajado en colaboración con los “Reales Jardines Botánicos de Kew”, Reino Unido, que coordinan el Banco de Semillas del Milenio, un proyecto de conservación internacional.
La doctora Isela Rodríguez Arévalo, curadora y responsable del Banco, contó en entrevista que la idea este proyecto surge en 1991 con la doctora Patricia Dávila, investigadora de la FES Iztacala, quien se apoyó de los Jardines de Kew con la intención de crear un reservorio de especies silvestres y nativas de México.
“ Existen otros bancos de semillas en el país, pero estos resguardan recursos genéticos de especies relacionadas con la alimentación y no necesariamente endémicos o nativos de aquí”, explicó la doctora.
Hasta ahora, el Banco de FES Iztacala cuenta con más de 5 mil 200 colecciones de semillas de especies silvestresdel país que corresponden a poco más de 3 mil 200 especies de la flora mexicana. Esto equivale al 13 por ciento de la flora nacional, un trabajo que ha llevado poco más de 25 años.
“ Suena poco si lo ves en porcentaje, pero la dificultad de hacer conservación implica muchos detalles que hay que cuidar. Requiere de muchos recursos y pues, el 13 por ciento en 25 años suena a ‘¿cuándo vamos a acabar?’
“ Pues seguramente nosotros no, este es un trabajo generacional” detalló la doctora pues existen más de 23 mil especies de plantas vasculares en el país y conservar las que tienen semillas “es una tarea titánica” .
¿Cómo es el proceso de conservación?
El proceso de conservación comienza desde la planeación y logística del viaje de campo; a veces, recolectores locales les avisan cuando las especies comienzan a dar frutos.
Deben obtener al menos 30 individuos o ejemplares de la especie para resguardar una representación genética más grande. También recolectan muestras herbarias para identificar mejor la especie y las guardan en bolsas de tela o papel.
La segunda parte se trabaja en el laboratorio, pues cuando llegan las colecciones, se deshidratan a temperatura ambiente.
“ La condición para que tú las puedas conservar a largo plazo es que las deshidrates y las pongas en frío. Si las semillas toleran ese manejo, entonces pueden entrar al banco.”
El proceso se puede dividir en dos grandes etapas que son: la deshidratación y la congelación. Sin embargo, antes pasan por una limpieza exhaustiva, que implican muchas técnicas dependiendo de la forma y tamaño de la semilla.
Posteriormente, se hacen pruebas de corte bajo el microscopio para verificar que la semilla esté sana y también pruebas de germinación.
“ Las pruebas de corte te permiten saber si tus semillas están sanas pero la prueba de germinación te garantiza que las semillas están vivas y entonces germinarán”.