De todas las 119 concursantes que participaron para el certamen número 74 de Miss Universo 2025, la que tenía eso que se llama “ángel” era Fátima Bosch. De todas ellas, la que contestaba las preguntas con más aplomo y autenticidad fue Fátima. Y por último, la que rompió el formato, alejándose completamente del protocolo impuesto por la enorme empresa de Miss Universo fue Fátima, de 25 años, quien en muy poco tiempo se convirtió en la favorita de las redes del concurso de belleza cuya emisión televisiva superó los tres millones de personas que en algún momento sintonizaron el certamen.
“Como buena mexicana nunca me rindo. No van a poder conmigo, no van a poder con mi país porque no voy a dejar la chamba tirada”, declaró Fátima con toda su contundencia antes de convertirse en Miss Universo 2025 (lo mismo dice Guillermo de Toro cada vez que le preguntan de dónde saca tanta creatividad, “because I’m mexican”, contesta siempre con una sonrisa).
Con ese mismo valor mexicano confrontó Fátima a Nawat Itsaragrisil, director del certamen tailandés, quien la reprendiera y llamara “tonta” frente a sus compañeras, durante una reunión antes del concurso porque no se alineaba en el protocolo del certamen haciéndole publicidad en sus redes para promover el turismo de Tailandia.
“No tengo miedo de alzar mi voz, estoy aquí más fuerte que nunca, tengo un propósito, tengo cosas que decir, tengo un espacio que ocupar… Yo no soy una muñeca para estarla maquillando y peinando y cambiándole la ropa, yo vine aquí para ser una voz para todas las mujeres y todas las niñas que luchan por causas”.
Una vez que hizo esta maravillosa declaración muchos medios de comunicación se acercaron a la tabasqueña y agregó: “El mundo necesita ver esto, porque somos mujeres empoderadas, ésta es una plataforma para nuestra voz. Nadie puede callar nuestra voz”, dijo con toda la autoridad del mundo, consciente de lo que decía y lo que sus palabras provocarían.
“Y espero que todas las mujeres en casa sepan que no importa si persiguen un gran sueño o una corona, si eso les quita su dignidad, deben irse”. Con razón su abuela, Silvia Hernández de Bosch, muy bonita por cierto, la acompañara hasta Tailandia y dice que su nieta es auténtica y muy digna, que cuando habla se le cree. Y Fátima escribió en su Facebook: “Abuela, brindo por todas las abuelas que no pudieron poner límites por ellas, que se quedaron.”.
Al leer lo anterior me convertí en su fan, miraba todos los días en las redes el concurso de belleza con avidez, y le mandaba todas las buenas vibras, para que llegara a convertirse en la Miss Universo 2025. Y Fátima Bosch ganó contra Miss Costa de Marfil, ella triunfó y de paso le dio las gracias con absoluto fervor a Dios.
Con su corona bien puesta y una sonrisa de oreja a oreja, sin dudarlo un segundo y escribió en su X: “Hoy confirmé de nuevo que lo que Dios tiene destinado para ti, ni la envidia lo para, ni el destino lo aborta, ni la suerte lo cambia. Viva Cristo Rey”. ¿Viva Cristo Rey? ¿Lo mismo que decían los cristeros.? Oh, my God!!! Tengo entendido que esta frase tan singular, Fátima la ha utilizado en varias ocasiones. Es evidente que su fe católica la ha acompañado desde hace muchos años. ¿Qué hubiera pasado si Fátima no hubiera ganado el concurso de belleza? En ese caso, ¿de quién habría sido la culpa?, ¿de Dios? Siendo tan feminista, ¿se puede ser tan católica? Dicho lo anterior, respeto la fe católica de Fátima, no en balde lleva el nombre de una virgen de quien es muy devota, así como de la Virgen de Guadalupe.
Conforme pasan los días, entre aplausos y vítores para la reina de belleza de todo el planeta, Fátima Bosch, su imagen va ensombreciéndose de más en más. Como bien dice el Templo Mayor, de nuestro periódico: “Que el certamen Miss Universo terminara entre polémica y acusaciones de trampas para que ganara la tabasqueña Fátima Bosch deja muy mal sabor de boca…
La triunfadora se había dado a conocer con fuerza cuando reclamó por reglas del propio concurso, desplante que le ganó simpatías pero que, seguramente, no habrá caído bien entre los anfitriones de Tailandia, pues la representante de ese país era una de las favoritas y de hecho quedó como primera finalista. Si se llega a confirmar que la corona de Bosch tiene sus asegunes o que hubo cochupo… le pegará a la imagen de México, de por si cuestionada en temas de probidad”.
Seguiré viendo a Fátima con ese ángel que la caracteriza, o bien, la percibiré con una ligera sombra. Oh, my God!!!
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