En este 2020 llegamos a la décima edición ininterrumpida del Buen Fin. En esta ocasión, en condiciones difíciles para todos los mexicanos, principalmente por la pandemia que ya ha cobrado más de 90 mil vidas de compatriotas y ha ocasionado un grave deterioro en la economía de nuestro país, y por consecuencia en la generación de empleos, sin embargo, el Buen Fin ha demostrado ser un programa de ganar–ganar y, si lo aprovechamos con prudencia e inteligencia, todos podemos ser beneficiados.

En las nueve ediciones anteriores se ha demostrado que ganan los consumidores, al obtener bienes y servicios de la mayor calidad al mejor precio. Ganan los industriales, al programar su producción anual para desplazar en estas fechas y así mantener el empleo y la producción en épocas de baja demanda. Ganan los comerciantes y prestadores de servicios, al incrementar sus ventas, gana también el Gobierno en sus tres niveles porque aumentan sus niveles de recaudación fiscal, debido al incremento del consumo interno.

Se estima que el año pasado, en la edición del Buen Fin 2019, solo por concepto de IVA se recaudaron más de 18 mil millones de pesos, aproximadamente, en los cuatro días del Buen Fin. Además de ser un instrumento que genera un gran número de empleos formales tan necesarios en estos momentos, ya que no hemos recuperado aún los empleos perdidos durante el cierre económico debido al Covid-19.

De acuerdo con datos del Banco de México, ABM, ANTAD, Infonacot y Concanaco, este programa ha mantenido ventas crecientes desde su creación en el año 2011, hasta la reciente edición del 2019, y los resultados de los últimos cinco años demuestran que el Buen Fin es el evento de mayor impacto comercial de nuestro país: 80 mil 700 millones de pesos, en 2015; 89 mil 600 millones de pesos, en 2016; 91 mil 900 millones de pesos, en 2017; 112 mil 400 millones de pesos, en 2018, y 117 mil 900 millones de pesos, en 2019.

Cabe resaltar que en la edición del 2019 solo 39% de las ventas se realizó a crédito, en el resto se utilizaron tarjetas de débito o efectivo. El uso de las tarjetas de débito se ha incrementado notablemente en los últimos años, ya que los consumidores desean participar en el sorteo fiscal del Buen Fin, que otorga 500 millones de pesos en premios a los consumidores agraciados que participen en este programa utilizando tarjetas de crédito o de débito y que realicen sus compras en empresas legalmente establecidas, ya que otro de los objetivos de este programa es contribuir a la bancarización y a la formalización de la economía.

Cuando se lo propuse al presidente Felipe Calderón en septiembre del 2011, teníamos algunas dudas con relación al éxito de este programa. Ahora, después de 10 años, estamos seguros de que no nos equivocamos y que gracias a la participación y a la suma de esfuerzos de todos, (organismos empresariales en conjunto con los tres niveles de Gobierno, y sobre todo de la confianza de los consumidores, el Buen Fin llegó para quedarse y se ha consolidado como el programa de promoción comercial más exitoso de América Latina.

En esta edición, los organizadores (Concanaco y Secretaría de Economía) han decidido hacer algunos cambios debido a la contingencia sanitaria por la que atravesamos, sobre todo para evitar aglomeraciones. Primero, se realizará una intensa campaña de concientización para que tanto consumidores como empleados de las tiendas respeten todas las medidas sanitarias para prevenir contagios. Segundo, en lugar de cuatro días, la duración será de 12 días (del 9 al 20 de noviembre. Y tercero, con el mismo objetivo se promoverán más intensamente las ventas por internet.

En estos momentos en que los mexicanos enfrentamos una de las crisis más delicadas de nuestra historia reciente, debido a la pandemia y a las consecuencias que se han derivado de esta, hay que mandar señales positivas e impulsar el mercado interno, realizando compras en forma responsable e inteligente en empresas formales que brinden las mejores opciones de precio y calidad.