Desde el Siglo 16, empezó una competencia bajo la mesa, entre la comunidad judía y la iglesia católica. Esta, acostumbrada a más de mil años de tener el monopolio de la verdad, la imponía a la buena o a la mala.

En forma secreta, muchos buscaban el conocimiento, con el temor a ser descubiertos, a mediados del Siglo 19, después de prácticamente terminar con el imperio español y la multiplicación de la masonería, (que era la atracción de la época por su alta dosis de misterio), la ciencia pudo florecer y crear comunidades mundiales no declaradas en cada disciplina; la iluminación eléctrica, los motores de combustión, los automóviles, la comunicación telegráfica y radial, la aviación, metalurgia y agricultura, fueron desarrollándose por inventores de muchos orígenes, las novedades de unos, servían para el invento de otros.

El más puro ejemplo fue la creación de las bombas nucleares y la energía nuclear, científicos de estados unidos, Alemania, Austria, Polonia, etc. fueron aportando conocimientos para el proceso, más en una convivencia que en una sociedad.

Donde se perdió ese espíritu fue en la Unión Soviética y China, con el poder absoluto de Stalin y Mao, casi se convirtió en pecado, ser científico, muchos científicos fueron asesinados, encarcelados, y cuando menos oprimidos, ahí solo cambiaron las cosas en el tema del armamento en unión soviética, gracias a los científicos nazis que quedaron a sus órdenes, y el dinero judío que financiaba a la tiranía.

Los países desarrollados se distinguen por producir lo fue consumen, o tecnología que venden con mucha ganancia, y les permite comprar lo que necesitan en otras naciones, así como el invierno mata a la planta que al fin esperaba florecer, así gobierno acaba con las esperanzas de un desarrollo tecnológico, el haber despedazado al Conacyt, repartir beneficios entre personajes ajenos a la ciencia, desaparecer programas de promoción tecnológica, suena ridículo que se otorgue apoyo a un abogado que a pesar de tener cargo público se la pasa en casa en pijamas, (Gertz) a una señora ostenta un doctorado de dos cilindros, porque dice haber leído libros, aunque en lo que habla o escribe, no emana síntoma alguno de haber asimilado algo, y demás curiosidades,

La ciencia y la comunidad científica tienen un fuerte apego a la verdad, tanto que el que se considere el más brillante, tiene siempre el riesgo de ser cuestionado en cualquier congreso, pero en México, con la dictadura de la incompetencia, no existe verdad alguna que no haya salido de la mente del reyecito.

Hace unos días, chairos furiosos rabiaban porque el presidente argentino Milei lo califico de ignorante, entre otras cosas, acusaban a Milei de insultar a AMLO… Cuando el señor, como punto central de su perorata, mencionaba el nivel de riqueza comparado en los argentinos antes de Kirchner y después.

Ignorante es un adjetivo, no un insulto, y es el resultado, de la falta de interés durante toda la vida, en aprender sobre cualquier tema, la prueba de fuego seria que demostrara el señor que no es ignorante, (claro, tampoco sus defensores pueden demostrar no serlo)

Ser ignorante no es un pecado, es una decisión considerando las oportunidades actuales, el pecado es ofenderse o pretender no serlo,