El invierno toca ya a la puerta. Es tiempo de invierno, la Navidad, las posadas, los regalos, el pino con sus arreglos. Algunos negocios desde septiembre comenzaban a crear el ambiente, pero fue en el pasado.

Hoy, en Francia anuncian que no pueden encender calentadores o calefacción a no ser que la temperatura esté en 19 grados; no pueden usar corbatas, ahora cuellos altos o de tortuga por la limitación del gas.

Dosificada igual la electricidad y se anuncia que van a reducir la producción de petróleo países como Arabia Saudita y Rusia para sostener los precios, que llegaron a 120 dólares el barril y ahora están en 80 dólares.

¿Qué invierno nos espera? Escasez, precios altos y algunos productos que ya no se consiguen. El piloncillo subió esta semana 7 pesos el kilo, la nuez llegó a 350 pesos el kilo y en Europa tienen una inflación de 10%, incluso hay tres países que tienen hasta 26% de inflación; se prevé un difícil invierno.

Los pronósticos climáticos para el invierno en México son medianamente favorables. Para Estados Unidos, el clima será no muy piadoso, pero para la Unión Europea, el invierno no será nada favorable, según las estimaciones de las agencias climatológicas de México, Estados Unidos y la Unión Europea.

En México, la Comisión Nacional del Agua pronostica que en diciembre y parte de 2023 se van a tener 51 frentes fríos, pero no serán drásticos porque se estiman temperaturas máximas de 22 grados y mínimas de 9.

El 21 de septiembre inició la temporada de frentes fríos y seguirán apareciendo hasta mayo del 2023; será un invierno largo el que se va a tener.

Pero no solo se tiene el frío del invierno, sino también el de la inflación: altos precios y bajos salarios, combinación que se come la remuneración ante cualquier alza en los productos.

Estados Unidos tendrá un invierno crudo con temperaturas promedio de 5 grados la más alta y de un grado la más baja, aunque esto son estimaciones de su centro meteorológico.

Y su frío más fuerte es la amenaza que se cierne sobre su economía, una posible recesión que ha llevado a las empresas a contener sus flujos de inversión y creación de empleo, y lo que es más dañino: extendiendo en el mundo esta situación adversa.

Donde se ve muy crítico el invierno es en la Unión Europea, donde ya tienen llenos más de 80% de los depósitos de gas, pero no es suficiente porque esperan que Rusia les corte el abastecimiento de combustible en el invierno y estarían viviendo la peor crisis energética desde 1973.

Así, en el viejo continente esperan una amarga Navidad porque la carencia de energéticos puede llevar al colapso a varias naciones, poniendo de rodillas las economías ante la necesidad del combustible, así que será un crudo invierno.