Francisco Y. Madero (Así, con Y, como aparece en su acta de bautismo), decidió iniciar personalmente el movimiento armado al que convocó y que debería iniciarse el 20 de noviembre de 1910 en Ciudad Porfirio Díaz, nombre que tenía nuestra ciudad en aquella época, donde pernoctó en El Indio, Texas, que lamentablemente fracasó por falta de respuesta a su convocatoria. Madero se internó en los Estados Unidos, llegó a Ciudad Juárez, donde el movimiento armado tomó mayor fuerza desembocando en una gran victoria armada, que provocó que Porfirio Díaz renunciara en mayo de 1911. Madero decidió regresar a la Ciudad de México, pero no por Ciudad Juárez, sino por Ciudad Porfirio Díaz, a donde se trasladó por territorio norteamericano el primer día de junio de 1911. El día 3, Venustiano Carranza esperaba en la guardarraya del puente internacional de Ciudad Porfirio Díaz al líder triunfante y a su comitiva. La ciudadanía de nuestra población le dio un recibimiento de héroe, donde casi toda la población le acompañó desde el puente internacional hasta la estación del ferrocarril.
Por la calle de Juárez, frente a la Presidencia Municipal, dio un emotivo mensaje, continuando su recorrido por la calle de Zaragoza, donde la ciudadanía le aclamó, mientras él cruzaba la ciudad sobre un automóvil descubierto, teniendo a su lado a Venustiano Carranza. El ingeniero Salvador Toscano Barragán realizó probablemente las primeras tomas cinematográficas en la ciudad y captó con su lente la llegada y recorrido por la ciudad de Madero, escenas que enriquecen la película Memorias de un Mexicano, que se estrenó en 1950, del que no pudo ser testigo (Salvador Toscano), ya que su muerte, en 1947, se lo impidió, producida y editada por su hija, Carmen Toscano, narrada por Manuel Bernal, que reúne escenas que captó en color sepia desde 1897 hasta después de 1920, donde se puede apreciar en todo su realismo a los personajes de la época. Ese mismo día, Madero sale de Ciudad Porfirio Díaz en ferrocarril con rumbo a Monclova, con destino final la Ciudad de México. El 3 de junio de 2009, nuestro querido y extrañado cronista de la ciudad, Julio Santoscoy Cobo presentó, en una ceremonia promovida por la quincuagésimo octava legislatura, una breve reseña sobre esa importante fecha en la historia de Piedras Negras, recordando cómo el 3 de junio de 1911 el entonces gobernador del estado, Venustiano Carranza, recibió en las inmediaciones del puente internacional al entonces líder de la revolución triunfante, Francisco Y. Madero.
Con los constantes cambios que esta importante área de la ciudad presentó y por el proceso de la construcción de la Gran Plaza, donde se removieron monumentos importantes, también se afectó el sitio en donde se colocó la placa conmemorativa a la llegada de Madero a Piedras Negras, para recordar que ese importante evento representó para la ciudad el ingreso al país con la revolución triunfante de don Francisco Y. Madero y del inicio de su gira triunfal desde nuestra población, que finalizó en la Ciudad de México. Desde 2009, el municipio de Piedras Negras y sus historiadores recuerdan este acontecimiento, que el día de hoy, a 113 años de este histórico evento, volvemos a rememorar en esta columna.
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