Arte
Por Agencia Reforma
Publicado el martes, 26 de noviembre del 2024 a las 12:08
Ciudad de México.- Con sus donaciones, que van de 50 a 10 millones de dólares, los estadounidenses han demostrado su amor por la Catedral de Notre Dame de París, movilizándose para apoyar el renacimiento del monumento que tanto aprecian.
“Los estadounidenses son por lejos los mayores donantes después de los franceses”, dijo Michel Picaud, presidente de Amigos de Notre Dame de París, antes de la reapertura del emblemático templo: el domingo 8 de diciembre.
Fundada en 2017, esta asociación vio cómo se disparaban las donaciones tras el incendio del 15 de abril de 2019. A la fecha, la organización con sede en New Hampshire, Estados Unidos, recaudó 57 millones de dólares de 45 mil donantes.
Amigos de Notre Dame recibió 10 millones de dólares de la Starr Foundation y la misma cantidad de la Fundación MarieJosee y Henry Kravis.
Incluyendo otros apoyos, como el de la Sociedad del Patrimonio Francés de Nueva York, que recibió un cheque de 2 millones de dólares de la familia del ícono de la cosmética Estée Lauder, Picaud señaló que los estadounidenses aportaron 62 millones de dólares al fondo de restauración.
Construida más de 600 años, antes que la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, situada en la Isla de la Cité, es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1991
Estados Unidos cuenta con museos repletos de obras maestras del arte medieval. El Museo Metropolitano de Arte incluso ha agrupado claustros de abadías francesas en una colina de Manhattan, zona llamada The Cloisters.
“Para los estadounidenses, Notre Dame es símbolo físico de la historia europea premoderna que no existe en suelo americano”, dijo Meredith Cohen, experta medievalista de la Universidad de California en Los Ángeles.
“Es un poderoso lugar de memoria, que evoca nostalgia imaginaria de una cultura rica y compleja del pasado”.
Los estadounidenses, señaló, también aman a Víctor Hugo, quien hizo famosa Notre Dame con sus escritos, y de sus impactantes descripciones del surgimiento de París en Los Miserables, éxito en Broadway y en el cine.
La obra El jorobado de Notre Dame, también de Víctor Hugo, fue adaptada a la gran pantalla en 1923, convirtiéndose en joya del cine mudo. Le siguieron otras versiones, con Anthony Quinn en el papel de Cuasimodo, en 1956, y la animada de Disney en 1996.
La catedral ha aparecido en largometrajes de Hollywood, como Un americano en París, de Vincente Minnelli, con Gene Kelly; Charada, de Stanley Donen, con Cary Grant y Audrey Hepburn; Medianoche en París, de Woody Allen, con Owen Wilson, Adrien Brody, Carla Bruni y Marion Cotillard, o Ratatouille, de Pixar.
Para Michael Davis, experto en arte gótico francés, la fachada de Notre Dame ofrece una imagen muy reconocible, la de la propia catedral, y una evocación de Francia, el Medievo y el catolicismo.
El incendio que devastó Notre Dame hace cinco años desató una ola mundial de conmoción.
“Si hay una catedral gótica que millones de visitantes estadounidenses han visto en París es Notre Dame, y el incendio del 15 de abril de 2019 agudizó ese recuerdo y reforzó su conexión con el templo”, dijo Davis.
Cohen concuerda:
“Los estadounidenses sienten afinidad por París y la cultura francesa por sus filósofos, artistas y casas de moda, así como por la cultura gastronómica-vinícola que (la chef) Julia Child hizo famosa en Estados Unidos. Todo esto está relacionado con Notre Dame”.
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