Es muy común que nos resistamos a la idea de estudiar y prepararnos para el futuro, la lógica juvenil de sólo estudiar para pasar los exámenes sigue palpitando día a día como si el mañana fuera muy distante, tanto, que en forma casi imperceptible realizamos lo que se denomina aprendizaje selectivo.

¿Qué es esto? Bueno, es aquello que aprendemos por necesidad, es decir, si me sirve o estoy seguro que lo voy a requerir, lo aprendo, es más, saco papel y pluma para tomar apuntes, o como suele hacerse ahora en la época de la modernidad tecnológica, le tomo una fotografía digital con el celular a la diapositiva del maestro.

Pero me he dado cuenta que el aprendizaje selectivo es una práctica poco recomendable, y trataré de ilustrar mi opinión con una fábula popular, que empieza en un lugar y tiempo indeterminado…

Un buen día, un hijo muy apesarado acude a su padre por consejo, dado que el joven tenía 3 novias,  no sabía con cuál de las tres casarse, alegando que las amaba por igual a las tres y que todas ellas eran muy atractivas físicamente.

Al cabo de escuchar pacientemente a su hijo, el padre le responde de la siguiente manera: – Hijo, te voy a dar 6 mil dólares, para que lo repartas equitativamente entre tus 3 novias, aléjate de ellas y dales un tiempo prudente para que dispongan de ese dinero como mejor les parezca; cuando regreses, evalúa las decisiones que  cada una tomó para gastarse su parte y en base a ello toma la mejor decisión; espero que mi consejo te sea de ayuda en esta difícil decisión de vida.

Y así lo hizo el hijo, visitó a cada novia por separado, pues ninguna de ella sabía que su novio tenía múltiples novias, les regaló 2 mil dólares a cada una de ellas y se fue de viaje por 3 meses.

Pasados los 90 días el novio volvió con la primera novia, la encontró hermosa y radiante, al preguntarle cómo le había ido en su ausencia, la chica le respondió que con el dinero que él le dio, se había ido al salón de belleza a hacerse un cambio de imagen y que además se fue de compras para que cuando él volviera, la viera guapa y bien vestida. Le dijo – lo hice por ti, deseo estar muy bella para ti, porque te amo.

Después acudió con la novia número 2 que era una güera despampanante, ella lo recibió bellísima y alegre, llena de regalos, pues le había comprado relojes, pantalones, camisas, perfumes, corbatas carísimas, un equipo de sonido totalmente equipado, etc. Y le dijo: -Te he comprado todo esto porque te quiero muchísimo.

Por su parte la tercera novia, invirtió el dinero recibido en la bolsa de valores, ganó el doble de dinero, tomó la mitad y  reinvirtió el resto, devolviéndole al novio los 2 mil dólares que le había dado, a lo cual ella simplemente le dijo: -He invertido el dinero para ti, y lo he duplicado. Te devuelvo lo que me has dado y reinvierto lo demás para nuestro futuro porque te amo muchísimo.

El sujeto, tras pensar durante 15 minutos los pros y contras de las decisiones tomadas por las 3 novias, decidió casarse con la güera despampanante con cuerpo escultural, sin detenerse a refeccionar sobre las virtudes que cada una de ellas poseía.

Como es una fábula, culmina con una moraleja, está en especial  se trata sobre la toma de una mala elección, e invita a la refección respecto a que un hogar no debe estar fundado en atributos físicos, sino en un buen carácter,  en la moral y en el respeto mutuo.  

Yo por mi parte, la veo desde otra perspectiva, aquella que tiene que ver con la educación y preparación de la persona en todo momento, nunca sabes cuando la vida te ponga una dura prueba por superar y tú sin sospecharlo…

Como pueden ver queridos lectores, las novias ni idea tenían que estaban siendo evaluadas bajo una lupa muy despiadada; para empezar, no sabían que eran sometidas a prueba, que de ello dependía que les pidieran matrimonio, tampoco sabían que según su desempeño alguna se alzaría victoriosa sobre las demás contendientes, ni mucho menos sabían las bases sobre las cuales serían  evaluadas.

Lástima mayor es, que el evaluador en este caso, no tuvo la menor idea que estándares de evaluación aplicar, además por falta de preparación sobre el tema, el novio tomó una decisión al azar que con posterioridad le resultaría  perjudicial.

Por eso, mi recomendación es la siguiente: hay que estudiar, nunca ser selectivo en el aprendizaje, prepárate para el trabajo, la profesión, el arte o la vida, aprende por gusto y por convicción, no discrimines la información o experiencia, pues, en el momento menos esperado necesitaras una información, una destreza o habilidad que pasaste por alto, y en ello te vaya el futuro o la satisfacción del trabajo bien hecho.  

Hasta la lectura de este artículo, posee herramientas que puedes aplicar en tu vida como mejor  te parezca, uno nunca sabe, tal vez seas un acaudalado hijo con varias novias y nos sepas con cual casarte; o bien, seas una novia a punto de ser evaluada!. Con la pequeña diferencia de que ahora, estás preparado  para enfrentar esa prueba.