Saltillo

Publicado el domingo, 21 de septiembre del 2025 a las 04:30
Saltillo, Coah.- En el primer cuadro de Saltillo, a menos de 500 metros al oriente de la Plaza de Armas, se levanta un conjunto arquitectónico singular: el Templo de San Francisco de Asís y la Primera Iglesia Bautista, en la intersección de las calles Ateneo y Vicente Guerrero.
Aunque albergan congregaciones con credos distintos, sus edificios han coexistido pared con pared por más de un siglo, compartiendo como espacio común la plaza Ignacio Zaragoza.
Los rasgos arquitectónicos de cada templo refuerzan el contraste y, a la vez, la armonía del conjunto. La sobriedad del templo bautista y la fachada neoclásica del recinto franciscano, conforman una composición urbana única en el norte del país.
En 2012, la decisión gubernamental de demoler el Edificio Coahuila, situado frente al costado sur de la plaza, fue celebrada por quienes valoran la conservación del patrimonio cultural de la región. La desaparición de aquel inmueble modernista –criticada por su falta de armonía con el entorno histórico– amplió la perspectiva hacia los dos templos y devolvió protagonismo al conjunto. La arquitectura, al final, no conoce las fronteras que los hombres trazan en sus interpretaciones exegéticas y hermenéuticas de la Biblia: sus muros conviven más allá de doctrinas.
San Francisco de Asís: Arquitectura colonial tardía
La construcción del templo fue organizada por el fraile Ignacio Vicente Dávila en 1787, durante el periodo de la arquitectura colonial tardía. Su diseño arquitectónico seguía la línea de las misiones franciscanas del norte y centro de México, particularmente en Querétaro y Zacatecas, caracterizadas por su sobriedad y funcionalidad.
La fachada original fue lisa y recubierta con piedra de cantera. El acceso principal era a través de un arco de medio punto, flanqueado por columnas planas (pilastras) adosadas a la pared, todas hechas del mismo material. Estas descansaban sobre basas también de cantera. Encima de la entrada se encontraba una ventana alta con arco, que permitía la entrada de luz al área del coro, en ella se colocó un vitral sencillo, que filtraba los rayos solares e iluminaba el interior del templo.
La parte superior estaba rematada por un solo campanario, que resguardaba las campanas en una torre cuadrangular con aberturas arqueadas y coronada por una cúpula de ladrillo, sobre la cual se colocó una cruz de metal.
El resto de la construcción mantenía la misma sobriedad: muros de piedra y adobe, unidos con mezcla de cal y arena, y techos hechos con madera curada.
Tras los cambios estructurales en la fachada, se procedió a su consolidación. Las torres de ladrillo expuesto fueron posteriormente recubiertas con cantera, lo que dio lugar a la imagen actual del templo.

Primera Iglesia Bautista
Gracias a las Leyes de Reforma promulgadas en México durante el siglo 19, el Gobierno de Coahuila vendió en 1884 un predio contiguo al templo de San Francisco de Asís al misionero bautista Guillermo D. Powell.
Procedente de Estados Unidos, Powell llegó a México en 1880, acompañado por su esposa, sus hijos y una hermana de su cónyuge. Durante el siglo 19 y buena parte del 20, el centro de operaciones administrativas de los Bautistas del Sur de Estados Unidos se localizaba en Richmond, Virginia. Desde esa ciudad se coordinaban las misiones en América Latina, enviando misioneros, biblias, himnarios, literatura cristiana, recursos financieros y también planos arquitectónicos estandarizados de templos.
Estas construcciones respondían a una lógica de austeridad y eficiencia, por lo que su diseño permitía edificarlas en un plazo inferior a dos años.
El templo de Saltillo no fue la excepción. En 1885 se colocó la primera piedra del edificio, y en agosto de 1886 se concluyó su construcción. El templo fue diseñado con una cubierta a dos aguas, techada con tableta de madera (probablemente tejamanil), soportada por un sistema de cerchas compuestas por vigas inclinadas y tirantes horizontales, también de madera. Estas piezas conformaban una estructura triangular rígida, característica de la arquitectura religiosa protestante de la época, que brindaba estabilidad estructural a la techumbre. En el interior de la nave, el uso de madera barnizada y la repetición rítmica de los elementos estructurales producían una sensación de recogimiento espiritual y armonía, complementada por los muros laterales de piedra y adobe, en los que se abrieron vanos con arcos de medio punto. En ellos se colocaron ventanas de madera con cristales vidriados, que filtraban la luz natural hacia el interior con sobriedad.

Fachada principal
Fue construida en piedra de sillar, con un diseño equilibrado y sobrio. Estaba compuesta por dos grandes arcos superpuestos. El juego geométrico del frontispicio se completaba con una torre de aguja octagonal que alcanzaba cerca de 7 metros.
La retiraron en la década de 1940, sustituida por una torre cuadrada de ladrillo aparente, coronada con una bóveda de concreto, modificando la imagen original del templo.
En la cúspide se distinguen tres elementos: un arpa en el vértice, una corona a su derecha, y a la izquierda, dos palmas junto a una copa; el arquitecto sacrificó espacio útil en la entrada, reduciendo significativamente las dimensiones del vestíbulo.
Esta decisión permite que los rayos del sol atraviesan la zona arbolada de la plaza y se filtran por el vitral.
El ventanal ojival
Embellece la fachada principal del templo, probablemente fue instalado a principios de 1886. Aunque no era común que los templos protestantes del siglo 19 en Estados Unidos incorporaran vitrales con figuras simbólicas de la Biblia, el templo de Saltillo constituye una excepción notable. Es muy probable que el vitral haya sido elaborado en vidrio opalescente, característico del periodo decimonónico, especialmente en construcciones religiosas que buscaban sobriedad sin renunciar a la expresividad simbólica.
Modernización
Sin considerar los principios de conservación ni el valor patrimonial de los templos históricos de Saltillo, las autoridades gubernamentales autorizaron en 1953 una reconstrucción de corte modernizador del templo de San Francisco de Asís.
Como parte de esta intervención se reemplazaron los techos originales de madera por una bóveda de concreto, y se demolió el campanario original. En su lugar, se levantaron dos torres de ladrillo y concreto, cuya forma parece imitar el estilo neocolonial mexicano, aunque sin lograr la armonía ni la sobriedad del diseño original concebido por su fundador, el sacerdote Ignacio Vicente Dávila.
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