El Buen Fin es un tiempo de oportunidad para que las tiendas y los consumidores razonen en sus prácticas de venta y adquisición de bienes.

Las campañas de publicidad son tan intensas que llegan al grado de ser invasivas y saturan el sano juicio de los compradores, tan es así que se definen compras por impulso, no por razonamiento.

Estar emocionado por tener la oportunidad de comprar ese objeto de deseo con un descuento importante, nos lleva a realizar una compra sin establecer aspectos básicos como los de saber usar los artículos de tecnología que se adquieren.

Antes del Buen Fin hay personas que ahorran para comprar una cámara fotográfica y ahora con el Buen Fin la tienen, pero hay tantos ajustes a realizar que se requiere de asesoría personalizada para hacer uso de la cámara.

A la compra de ese objeto tan anhelado, ahora faltan los temas a fotografiar, de tal forma que se cansan y la guardan en algún aparador en la sala, donde colocan los recuerdos valiosos; esto como resultado de comprar por impulso. En esta situación es necesario pensar si se tiene la necesidad y el conocimiento necesario para usar lo adquirido.

Durante este Buen Fin me di cuenta de que una persona que compró dos pares de zapatos, uno le quedó bien, así que fue a comprar otro para del mismo modelo, pero ya no había.

Hay zapaterías que no tienen en almacén, solamente los que exhiben en los aparadores, por lo costoso del calzado, que suele alcanzar precios de mil 500 pesos para arriba, y en tenis me comenta una señora de 3 mil pesos para arriba, porque cuida sus pies. Me encontré una familia con tres hijos con chaquetas con capuchón: iban felices.

Esta es una de las oportunidades que se evidencian, las zapaterías tienen un bajo inventario y no satisfacen la demanda de los consumidores. Aquí es donde la razón dicta que se tiene que corregir la práctica, porque hay decenas, cientos de comercios que tienen el mismo procedimiento y generan descontento en el consumidor.

Debido a esta limitación ahora las quejas van al alza por incumplimiento de ofertas publicadas, por violación de precios, por insuficiencia de productos y continuar con la publicidad e incluso por publicidad engañosa como fue el caso de una empresa de computadoras que fue requerida por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

Algunos restaurantes aprovecharon el Buen Fin para poner los paquetes de cenas a la venta con un descuento, pero no están ofertando el tradicional pavo navideño, porque tiene un precio elevado, así que solo promocionan la pierna de puerco y a un alto precio.

De manera que ¿cómo estará la competencia? Un vecino pidió en línea de Estados Unidos un ventilador frío, caliente y humidificador y se lo trajeron el domingo a las 8 de la noche.

Y tras culminar el Buen Fin la Profeco informó que en tres días del Buen Fin 2022 se presentaron 330 reclamaciones, con un porcentaje de conciliación de 88%; se han recibido 213 mil visitas al micrositio de este programa de ofertas y promociones, y se otorgaron casi 7 mil asesorías, según el último reporte parcial.

Los proveedores con más reclamaciones en esos tres días fueron los siguientes: Grupo Walmart, con 37% de las 330 quejas presentadas (35% en 2021), debido principalmente a incumplir ofertas, cancelar por falta de inventario y no compensar conforme a la ley; Hewlett Packard HP México, 26% (0% en 2021), por publicidad engañosa para ventas en línea; Soriana 2% (10% en 2021) y Coppel, 1% (2% en 2021).