Ciudad de México.— La creciente incertidumbre fiscal en Estados Unidos, sumada a la debilidad global del dólar, disparó la demanda de activos de refugio, llevando al oro a alcanzar un nuevo máximo histórico. Este panorama de búsqueda de protección financiera impulsó a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) a registrar un récord sin precedentes, superando los 62,000 puntos.

El metal dorado se consolidó como el activo más beneficiado por el temor a un posible cierre del gobierno de Estados Unidos y la expectativa de que la Reserva Federal (Fed) pueda mantener o incluso acelerar su ciclo de recorte de tasas en octubre. El oro ganó un 1.42%, cotizando en $3,863.05 dólares por onza troy. El índice del dólar, que mide su fuerza frente a seis divisas, cayó un 0.20%.

Datos de Monex reflejan esta fiebre por la seguridad, con los flujos hacia los ETF respaldados por oro alcanzando niveles no vistos desde 2022.

La BMV Toca un Nivel Histórico

Impulsada por esta coyuntura de metales preciosos, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la BMV tocó un récord histórico en sus casi 47 años de existencia, cerrando en 62,610.12 puntos con una ganancia diaria del 0.49%.

El avance del IPC fue liderado por Grupo México, cuyas acciones se dispararon un 6.29%, seguida por Orbia y Gentera. En lo que va del año, el IPC acumula una ganancia del 25.5%. Otros metales como la plata, el platino y el paladio también registraron avances significativos, respaldados por la escasez en el mercado físico.

Petróleo Cae y el Peso Se Mantiene Volátil

A pesar de la debilidad del dólar, el peso mexicano tuvo una jornada volátil y cerró la jornada en $18.3666 por dólar spot, sin mostrar una fuerte apreciación. Wall Street, por su parte, cerró con ligeros avances, con el Nasdaq subiendo un 0.48%.

En contraste, los precios del petróleo cayeron significativamente debido a las previsiones de un aumento en la producción de crudo por parte de los países de la OPEP+. El barril de Brent cayó un 3.08% a $67.97, mientras que el WTI perdió un 3.45% a $63.45.

Los inversionistas se mantendrán atentos esta semana a los datos laborales en EE. UU., cuya publicación podría verse afectada por el posible cierre gubernamental, y que serán clave para el rumbo de la política monetaria global.