Para quienes hemos trabajado en periódicos durante más de 20 años, sabemos que hay temporadas que determinan ciertas notas, y que por desgracia también lo hay para delitos o crímenes. Por ejemplo, en el verano se desatan las violaciones, los asuntos de divorcios e infidelidades y muchos casos de agresiones sexuales y violaciones. En invierno suceden otras cosas tristes y son parte de las malas noticias.

Uno de los primeros casos que abrió la temporada para mí fue una persona masculina que buscaba acompañamiento en su divorcio y separación. Después de una muy escueta descripción de su separación, me enteré de que él había sido infiel a su esposa en una de esas situaciones comunes de salir a una convención de algo y, tras un mes de trabajo regresa confesándole a su esposa que allá tuvo una novia por 15 días, pero “solo para el reventón”. Y remató con polka diciendo que se sentía muy solo. Hace poco más de un mes estaban celebrando los 10 años de casados y cinco del niño que tienen en común.

El infiel, tras ver la calurosa bienvenida que su esposa le preparó por su retorno de su trabajo en otra ciudad, sintió culpa y le confesó el affaire con la novia por 15 días, y la cónyuge la pasó muy mal con la inesperada revelación. Ahora están en fase separación, inicio legal de un divorcio y una relación a la congeladora, ya que además tenemos el agravante de que ella, la ofendida, está embarazada.

En lo que se refiere a mis pacientes en Nuevo León en específico, en especial porque mis consultas son en línea, veo un incremento notorio en las llamadas de auxilio, consejo, terapia o acompañamiento en violencia, en particular las muchas violencias que provienen de las separaciones o los divorcios.

Recientemente hablamos de violencia vicaria, y lo peor de ello es que pese a su visibilización y próxima penalización reforzada, es un fenómeno a la alza, incluso en padres y hombres jóvenes que apenas inician sus vidas en la paternidad y paternaje.

El lugar común de que se detona la violencia en ciertas temporadas, es un hecho, pero también es una realidad atroz en un país en el cual las violencias y sus tipos no están visibilizadas. Es decir, la gente cree que violencia se trata solo de golpes y de insultos, pero también lo son las situaciones de chantaje emocional, de amedrentarla mediante la manipulación de los hij@s, de atacarla mediante chantajes y privaciones e incluso secuestro sin dejarle ver a su familia a la esposa, de no permitirle trabajar, vestirse de cierta forma, dejar de tomar anticonceptivos… Es una agresión el hecho de que un señor obligue a su compañera a utilizar métodos anticonceptivos, siendo incluso el esposo, porque el derecho sexual a la reproductividad y el que viene avalado en nuestra Constitución, es un ejercicio personal y voluntario.

Y en el rubro violaciones, me temo que ha sido el peor de todos, porque muchachos de secundaria o de los niños mayores en las primarias, han incurrido en violaciones en niños varones menores, habiendo dos casos importantes en estos días, lo cual indica la necesidad de trabajo, pero también de acompañamiento de padres y madres respecto a la vida sexual de su hijo, y la necesidad de llevarle a terapia para que en un futuro, no continúe como un agresor sexual que transmite sus videos de violencia porno en línea en las redes sociales.

Los más jóvenes aún tienen oportunidad de aprender y hacerlo bien.