Durante toda nuestra vida, nos vemos rodeados de todo tipo de personas. Al crecer, vamos desarrollando una sabiduría interior y vamos escuchando más esa “vocecita” o ese grillo interior sobre la gente que nos hace bien, la gente con la que podemos confiar completamente y la gente con la que hemos de tener más cuidado.

Cuidar nuestra salud mental implica también cuidar de quién nos rodeamos y si estas personas nos suman o restan.

¿A quién tengo en mi primer círculo? ¿Con quién convivo más?

¿Cómo es su comportamiento, cómo me siento con esa persona?

¿A quién le regalo mi tiempo y mi persona?

¿Quién de las personas con las que hoy mas convivo me ayuda a crecer más?

Reflexionar sobre las personas que nos rodean, nos ayuda a mirar también que vibramos y emanamos nosotros. Queremos rodearnos de gente que nos transmita paz y serenidad, pero a veces somos nosotros los que emanamos esa toxicidad con nuestra negatividad, nuestras quejas, la crítica, el chismerío y la falta de paz interior.

Pudiera ser que estamos rodeados de personas que suelen ser vampiros emocionales o seamos nosotros ese vampiro emocional que chupa la energía de otros. ¿Eres tú esa persona que inspira? O por el contrario… ¿Eres una persona que agota? ¿Cuántas veces somos esa persona negativa y tóxica?

Es fácil identificar a la gente que te suma, porque sonríe y tu sonríes cuando estás con ella, porque te sientes tú. Esa persona que te suma te ayuda, acompaña, es agradecida y mira desde lo positivo. Busca aprender cada día, le pone corazón a las cosas y te hace bien su compañía.

La gente que te resta es esa que se queja, que suele victimizarse, que vive ensimismada, criticando y envidiando a otros y no tomando acción para lo que puede transformarse.

Desintoxica tu vida con estos cuatro pasos, eliminando de tu vida a toda persona que: Te mienta, te falte al respeto, te use o no te aprecie ni valore por lo que tú eres. ¿Cómo pretendes volar si no te alejas de quién te arranca las plumas? Reconoce esas señales de esas personas que es necesario retirar de tu vida o poner cierto límite porque entorpecen tu crecimiento.

Alabisn Gil dijo una vez, mantente alejada de las personas que no pueden asumir la responsabilidad de sus acciones y hacen que te sientas mal por estar enojada con ellos cuando te hacen mal. Y es verdad que “La vida no te da a las personas que tu quieres, sino te da a las personas que necesitas. Estas personas a veces te ayudarán, a veces te lastimarán, a veces te abandonarán, a veces te amarán… Pero por sobre todo, te ayudarán a convertirte en la persona que estás destinada a ser.” Cada persona viene a enseñarnos algo de la vida y de nosotros y es ahí cuando elegimos cómo queremos trascenderlo.

Concéntrate en la gente con la que te sientes tú y puedes ser tú.

Vida solo hay una. Esto que estás viviendo, no lo vivirás de nuevo.

Dedícale tiempo a aquellos que te hacen sentir querido y especial.

Dedícale tiempo a la gente que admires, que te eleve, que enriquezca tu existencia y que te inspire a ser mejor. Dedicarle tiempo a las personas que te quieren por tu alma, es conectar con la gente que se alegra de verte feliz, que te abraza bonito, que sonríe, llora y vibra contigo.

Dedícale más tiempo a lo que te hace realmente feliz, a lo que disfrutas, a eso que te genera un gozo. Dedícale menos horas a las noticias negativas, al chisme, a la vida de otros, a las personas tóxicas, y comprométete a estar dónde sientas que sumas y te suman.

Si tu en este momento te sientes esa persona tóxica, toma acción para trabajar en ti. Y comienza por trabajar en ti conectando con lo que te da paz, haciendo las cosas que apasionas y disfrutas, pidiendo ayuda para dejar la toxicidad que hay en tu vida. Busca conectar con eso que en tu espacio personal te hace sentir cómoda, te reconecta contigo y con tus emociones. Conectar con tu intuición y obedecer a eso que te grita tu alma, es conectarte con lo más precioso de tu esencia.

Trabajar en ti y hacer cosas que te suman significa darte el regalo de amarte. Ámate también eligiendo a quién tener cerca y darle todo de ti.

Así que date permiso de dedicarle a eso, porque a eso venimos a esta vida: a sumar y a ser felices.

“Y empecé a liberarme de todo lo que no era saludable: situaciones, personas, gustos y cosas. Lo llamaron egoísmo, yo lo llamé amor propio.”