“No tienes que demostrarle nada a nadie”

Durante la infancia tenemos ciertas necesidades fisiológicas, cognitivas y socioemocionales. Estas necesidades se ven cubiertas desde los diferentes contextos (la familia, la escuela, los iguales, núcleos o entornos compartidos).

El origen de esta necesidad surge desde la infancia como una herramienta para saber como comportarnos. Las interacciones con las personas significativas nos permiten modelar e interiorizar nuestra forma de ver el mundo.

Las necesidades de afecto y protección durante las primeras etapas de nuestra vida están vinculadas a esas figuras (papá- mamá) e influyen de manera significativa en esa autoestima y autoconcepto.

En la edad temprana, la necesidad de aprobación es un proceso adaptativo natural, esencial en el desarrollo de nuestra personalidad y en la construcción de nuestra forma de interactuar socialmente. Pero si durante esa etapa no se modeló adecuadamente el autoconcepto y la autoestima, podemos crecer buscando y necesitando cierto grado de aceptación y reconocimiento. Llegando a la edad adulta buscando esa aprobación de su núcleo o cierto entorno social.

Esa necesidad de aprobación, pone en manifiesto una inseguridad emocional. Esforzarte para estar de acuerdo con los demás, o invertir un esfuerzo excesivo en las necesidades de los demás sin mirar las propias, es el reflejo de que hay una carencia de sentirse amado, valioso, suficiente, poco reconocido, pero meramente VALIDADO.

Hay una línea muy fina entre una necesidad adaptativa sana y la necesidad de aprobación. Es normal y natural que nos importe la opinión de otros porque somos seres sociales y vivimos en comunidad. Pero cuando la búsqueda de la aprobación sobre lo que hacemos o somos se convierte en una opinión fundamental, hay que mirarlo para sanarlo y reconocerlo para trabajar esa carencia.

Pregúntate en cada decisión… ¿Porqué o por quién lo estás haciendo?
¿Lo haces por ti y para ti o para agradar a otros?
¿Eso que haces te da paz o no sabes porqué actuaste así?
¿Qué tanto miedo tienes a ser criticado?

Deja de focalizarte en el comportamiento de otros.

Mira y reconoce de donde vienen tus comportamientos.

Date permiso de preguntarte que tanto buscas ser aprobado o que tus decisiones sean aprobadas.

Si te sientes en libertad de ser y hacer, entonces quiere decir que actúas bajo el equilibrio correcto del ser y no te vives bajo esta necesidad.

¿Cómo dirigir mi vida y validar mis opiniones así estén en contra de la gente mas cercana a mi?

Hace unos días leí una frase que me conectó con este tema…

“Lo que te hace feliz no necesita la aprobación de nadie más”.

Muchas veces olvidamos que no tenemos que demostrarle nada a nadie.

Ni a tus padres, ni a tus hijos, ni a tus amigos.

Esta vida vienes a vivirla por y para ti. No para cumplir con expectativas de otros ni para vivir acorde a las opiniones de otros.

¿Cómo vamos a lograr que no nos importe la opinión de quienes queremos?

Se trata de quitarle tanto peso a esa opinión.
Lo que si esta en nosotros es permitir que nos afecte y que no.
Primero, reconoce que tan importante es una opinión para ti.
Haz una elección de esas personas a las que has elegido darles credibilidad.
Tu decides que voces vale la pena escuchar, y cuales decides silenciar.
Quizá hay alguien en tu primer circulo o en tu familia que te critica.
No esta mal pedir una opinión. Lo que no está bien es vivir acorde a eso.

Piensa en como te sientes cuando alguien no te mira o no valida tu opinión. Si te afecta es que le das más importancia a la voz de alguien que a tu voz interna.

Y hoy quisiera que trabajes en esa validez interna.

Que tus metas sean mirarte y confiar en tus opiniones internas.

Que tu meta sea escuchar lo que tu corazón te dice.

Escuchar esa voz en tu interior.

Que tu meta sea decir y opinar sin miedo a equivocarte.

Que no dependas de lo que otros dicen o piensan para sentirte en paz con quien eres. La gente que realmente vale la pena, lo único que va a querer es que tú seas tú en tu versión mas auténtica.

Nadie mas vive tu vida.

Sólo tú. Sólo tú has de decidir darte gusto.

Sólo tú eres la única persona que sabe lo que es mejor.

Sólo tú sabes que es lo correcto para ti y cuál es la decisión correcta.

Que cierta es la frase, no te hagas pedazos para tener a los demás completos.

No tienes que demostrarle nada a nadie. No tienes que llegar a donde otro llegó.

Sólo tienes que ser tú. Aspira a mejorarte a ti. Reconoce eso que te da paz.

Estate en paz con tus decisiones, y en paz con sus consecuencias.

Sé la mejor versión de ti, y abócate a eso.