La Cámara de Diputados aprobó cambios a la Ley de la Industria Eléctrica, mejor conocida como “Ley Apagón” y se turnó a la cámara revisora, en este caso el Senado de la República. Esta ley en el papel podría significar mayores precios en el sector energético, tendría un grave impacto en la economía de las familias y sin duda, de proceder, afectará al medio ambiente, por la simple y sencilla razón, que da prioridad a fuentes de energía más caras y contaminantes como el combustóleo. Pero eso no es todo, esta reforma significa un gran problema comercial, porque es violatoria de acuerdos internacionales como el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, el T-MEC y el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea con México.

Entonces, ¿cual es el móvil de esta reforma? Como lo señalé en este espacio la semana pasada, hubo un apagón en buena parte del norte del país que afectó a 14 estados; la razón ya la sabemos, esto se debió a la disminución del ingreso del gas proveniente de Estados Unidos a nuestro país. Sin embargo, hay que aclarar que la escasez no fue por que no hubiera o que se hubiera congelado, como se manejó por ahí, sino a que el precio subió rápidamente debido a las bajas temperaturas que elevaron su demanda.

Esto no es nuevo, es algo hasta cierto punto normal, el problema es que hasta que llegó la 4T, se dejó de pagar una especie de “cobertura”, que los otros gobiernos sí pagaban; esta cobertura no es otra cosa que un seguro para cuando el gas subiera por grandes demandas, el precio de este se mantuviera. Hoy no hubo seguro, el precio subió 300% y el Gobierno no quiso pagar la diferencia.

Y como “cada crisis es una oportunidad” y el Gobierno está obsesionado en regresar al pasado como cuando el petróleo estaba de moda, es que surgió la gran idea de utilizar este apagón para justificar un cambio en la ley, principalmente para… ¡Sí, efectivamente adivinó, consumir gas combustóleo para generar energía eléctrica!

El combustóleo es el residuo que queda después de refinar el petróleo crudo, se prepara con otros residuos y se mezcla. Se utiliza, además para generar electricidad, en locomotoras y barcos. Su producción es muy costosa.

Hace un par de años la producción de un megawatt hora con combustóleo fue de 138 dólares, mientras que el mismo megawatt generado con energía solar cuesta 67 dólares y la eólica 66. Por su ineficiencia, altos costos económicos, de salud, ambientales y por su emisión de gases de efecto invernadero, el combustóleo permanece en desuso en el mundo y en espera de ser retirado del sistema eléctrico.

Pero, ¿qué carajo pasó en México, por qué combustóleo? Una razón simple: las refinerías están produciendo grandes cantidades de este material que por obvias razones, ya que el mundo en general está cambiando a energías limpias, nadie quiere comprar.

Entonces hay que hacer algo con él. Y es que el fondo de todo esto es que el Gobierno de la 4T quiere monopolizar la industria, utilizando este obsoleto material.

Por lo pronto, los senadores de Acción Nacional ya adelantaron que buscarán la manera de frenar esta iniciativa formulada por el presidente López Obrador, ya que sería un gran retroceso en materia energética, que significaría un duro golpe para los empresarios, a la economía en general y para el medio ambiente.

Gerardo Abraham Aguado Gómez es miembro de Acción Nacional desde 2008. Exdiputado local en la LXI Legislatura del Congreso del Estado de Coahuila.