Saltillo, Coah.- En la década de los 80, en España, aún bajo la sombra de la dictadura de Francisco Franco –fallecido en 1975–, un barrio madrileño pasó a formar la transición hacia la libertad de la nueva era: Malasaña. 

Vital y vibrante, sonoro y colorido, fue el epicentro de la Movida Madrileña gracias a bares ahora icónicos como La Vía Láctea, El Penta y la Sala Sol en donde iniciaron bandas como Alaska, Radio Futura, Nacha Pop o cineastas como Pedro Almodóvar. Ahora, Saltillo tiene una pequeña parte de ese deseo en un nuevo bar cultural en el Centro Histórico que homenajea al barrio español en su nombre.

El espacio, que se inaugurará oficialmente mañana con la exposición del pintor cubano Zenén Vizcaíno, busca ser “un refugio para los artistas, las personas que buscan un hogar, un espacio, porque es como una casa. Malasaña está en una casa que se sigue sintiendo como tal. Creo que muchos de los bares que están en Saltillo cambian totalmente la construcción, y aquí todavía se siente como una casa.

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Entonces yo lo identificaría como un refugio donde puedes venir con tu familia, puedes venir a platicar con tus compas, a divertirte. Ese sería más o menos el concepto de Malasaña: un lugar cultural, diverso, en donde caben todas las formas de pensar, cualquier tipo de obra, sea crítica, sea conceptual, abstracto, no está cerrado a ningún tipo de línea. Todo ello hablando desde lo artístico”, comentó Christian Luna, gerente del espacio, en entrevista con Zócalo. 

Localizado en Allende 209, Malasaña apuesta por ofrecer un espacio y una búsqueda de nuevos talentos, jóvenes artistas que quieran explorar sus inquietudes y mostrarlas al público ya sea en artes visuales, literatura, música o danza. Sumándose a la red de bares de giro cultural que desde hace más de 20 años han creado en el Centro Histórico un barrio creativo y efervescente. 

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Queremos que esa banda tenga un espacio. Se le va a abrir las puertas a los interesados; queremos que las voces nuevas tomen a Malasaña como un lugar, como un refugio para que vengan a exponer su obra. Actualmente estoy estudiando una maestría en arte y diseño, estoy conociendo una generación con la que tal vez no he tenido tanta relación: chavitos de veintittantos años que están pintando. Hay mucho talento que no he visto en ninguna exposición de ellos. Nosotros vamos a intentar hacer ese vínculo acercándonos nosotros con ellos para que vengan al bar y puedan tener este espacio y poder exponer su obra, presentar sus libros, tocar sus canciones”, agregó Luna.

Exhuberancia caribeña

Si bien, Malasaña tendrá las puertas abiertas para los nuevos talentos, inaugura su espacio con una muestra del pintor cubano afincado en la ciudad Zenén Vizcaíno. 

En esta retrospectiva, el artista explora temas que van de lo pop a lo clásico en una amalgama exhuberante en color y virtuosismo técnico que resumen lo que, piensa, debe de tener una obra de arte.

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Los referentes formales en la obra no son nada más que un pretexto, una trampa visual. Porque para que una obra de arte sea buena, debe tener tres elementos: discurso, imaginación y oficio. Primero, tienes que tener algo qué decir. Porque si tienes algo que decir aunque no sepas pintar, vas a hacer buenas obras.  “Después es la imaginación. La manera en que ese discurso que tienes, lo puedas desarrollar. Y después es un oficio que acompañe a la imaginación que tuviste para soportar el discurso”, apuntó el pintor a Zócalo.

Esos tres pilares que sostienen la poética de Vizcaíno son inamovibles, aunque no así su trabajo que ha cambiado de formas y técnicas ya que él mismo se define como “asquerosamente inconforme. Yo no miro mis cuadros porque son perfectibles. Y si los veo pienso que les puedo hacer más, pero los abandono. Pinto uno y se me ocurren 10. Para mí crear es inventiva, es un vértigo, una experimentación constante”, apuntó.

Así, Malasaña –que contará también con la música en vivo de la banda Soul Sisters–, busca ser un espacio abierto a todos aquellos que deambulan por las calles del Centro: los sedientos y los que tienen hambre, los acompañados y los solitarios, los esperanzados y los sin esperanza. Todos aquellos que quizá en algunos años puedan levantar su cerveza y brindar diciendo la frase de uno de los cuadros que cuelga en el bar: Siempre nos quedará Malasaña.

Mañana:

 Apertura de Malasaña (Allende 209)

Exposición de Zenén 

Vizcaíno

Concierto de Soul Sisters

 A partir de las 19:00 horas