¿Y cómo van los mexicanos en las Olimpiadas de Tokio? ¿Por qué México no es potencia deportiva en el mundo? Comentábamos del tema algunos estudiantes y yo, previo al inicio de un curso de inducción que, en línea, han comenzado algunos planteles de nivel superior en la ciudad. En la respuesta coincidimos casi todos los que estábamos conectados en ese momento: nos ha ido mal en el medallero.

México se rezaga y aleja del grupo que lidera las posiciones en el podio, en la jornada de Tokio que concluye la semana entrante. México, como se sabe, apuesta por atletas que participan en clavados, taekwondo y en el tiro con arco, donde lleva el mayor reconocimiento desde los Juegos de Múnich.

El tema es que presupuesto no hay mucho, pero sí el suficiente para enviar a un importante grupo de deportistas a la jornada olímpica. La delegación mexicana que está en Tokio es considerada la tercera más numerosa (163 deportistas) de los inscritos. La juventud marcará agenda junto a un grupo de atletas nacionales que buscan cerrar ciclos deportivos en las Olimpiadas de este año.

La Conade, que es el organismo responsable en el país de gestionar el desarrollo y preparación de deportistas en diferentes disciplinas, cuenta con presupuesto propio para cumplir con sus atribuciones, por cierto, que para este 2021, de los 5 mil 351 millones de pesos que pidieron a la Secretaría de Hacienda, la Conade recibió 2 mil 676 millones de pesos, lo que se representa una reducción de poco más de 107 millones de pesos, en referencia al presupuesto asignado en 2020.

El reto de los mexicanos en Tokio es lograr una decena de medallas. Aunque en las últimas justas atléticas internacionales, los mexicanos se han regresado con pocas preseas.

La mejor participación de los connacionales fue en aquel México 68. En las competencias, los deportistas locales lograron nueve medallas: tres oros, tres platas y tres bronces. La segunda ocasión, con el mejor papel del grupo mexicano fue en Londres 2012, cuando regresaron a tierras aztecas con ocho medallas.

Desafortunadamente el deporte no es una prioridad presupuestaria en los gobiernos federales o locales.

Los padres de familia son quienes se llevan la mayor carga de inversión y gasto en los hijos con habilidades para practicar algún deporte, sea de la disciplina que sea.

Pero el gasto lo absorben los papás del niño o la niña que juega futbol americano, basquetbol, soccer, taekwondo, o tiro con arco (que Coahuila y la Región Sureste han sido semilleros de este deporte), pero las autoridades manejan cantidades presupuestarias limitadas para el desarrollo y la preparación de atletas. Esto hace insuficiente el dinero para preparar a los futuros medallistas olímpicos.

Vale la pena reflexionar la razón por la que a México no le va tan bien en las Olimpiadas. Y analizar también por qué los atletas no logran subir al podio tantas veces como lo soñamos los mexicanos.