Arte
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Agencia Reforma
Publicado el viernes, 4 de julio del 2025 a las 04:01
Ciudad de México.- El catalizador de Se Nos Quedaron Ellos fue el asesinato del bailarín sinaloense Maximiliano Corrales (1995–2023). La pieza de Francisco Córdova aborda la pérdida desde una perspectiva esperanzadora. Aunque el crimen de Corrales, integrante de la compañía del coreógrafo, fue el punto de partida, la obra evita replicar la violencia en escena.
“Y menos con ese dolor”, dice Córdova. “Se trata de encontrar la poiesis de esa situación violenta, de esos lugares insensibles ante la pérdida que habitan nuestro entorno, ya en un contexto nacional y global”.
Comisionado por el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), Córdova propuso una pieza construida como “mosaicos narrativos”.
“Me interesaba hablar de los cuerpos que se quedan y que no podremos rescatar. No sólo desde la vivencia, sino también como pérdida espiritual, carnal, total”, explica.
Córdova evita el movimiento convencional; apuesta por gestos con carga simbólica, texturas del dolor, el secuestro y la pérdida. “Un cuerpo que trabaja en silencio está bloqueado”, afirma. “Un movimiento con carga necesita respiración, jadeo, una verdad física”.
Los intérpretes –20 bailarines de Ceprodac– ejecutan desplazamientos frenéticos que combinan danza contemporánea y acrobacia. Para el coreógrafo, trabajar con un elenco amplio le permitió “reivindicar en volumen el sentido de ser acompañados”.
La obra dura 50 minutos y culmina con casi todos los cuerpos juntos, excepto uno. El título, Se Nos Quedaron Ellos, sugiere que no todos pueden salvarse; a veces sólo queda sobrevivir y despedirse. “Se nos quedaron cuerpos, vidas, pensamientos… nos llevamos algo de ellos, pero sin rescatarlos”, dice Córdova.
Pese a la crudeza del tema, el montaje proyecta un mensaje de reconstrucción. En escena, una luz simula un rayo de sol que atraviesa una ventana y enmarca los ocho mosaicos marcados en el escenario.
La iluminación es esencial en su proceso creativo: antecede al cuerpo y determina el espacio.
“En danza, a menudo haces el cuerpo y luego iluminas. Para mí no es así”, explica el coreógrafo, también formado en iluminación y dirección escénica.
La función inaugural será el martes 15 a las 20:00 h; del 8 al 10 de agosto se presentará en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.
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