Ciudad de México.- Ya sea con un replanteamiento del presupuesto proyectado, provisiones especiales o mediante colaboraciones con terceros, el INAH contará con recursos suficientes el año próximo, sostiene su titular, Diego Prieto.

“No nos va a faltar el recurso. No faltará”, aseguró el antropólogo a REFORMA este miércoles, tras inaugurar en el Museo Nacional de Antropología (MNA) el encuentro “Caminos abiertos hacia el INAH del futuro: Foros de discusión sobre la circunstancia y perspectivas del INAH”.

Ante un Auditorio Fray Bernardino de Sahagún lleno, y en el cual trabajadores colocaron una lona con el mensaje “Presupuesto suficiente para el INAH”, Prieto refirió la voluntad tanto de la Secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, como de la Presidenta Claudia Sheinbaum respecto a que dicho presupuesto “no será menor, se va a mejorar en relación con la propuesta inicial que había entregado la Secretaría de Hacienda al Poder Legislativo”, dijo.

De acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2025, el INAH recibiría el año próximo 4 mil 402 millones de pesos, que es casi el 50 por ciento menos de lo que tuvo este año, cuando alcanzó los 8 mil 6 millones, de los que alrededor de 3 mil millones fueron una provisión especial para temas del Tren Maya, de sismos y de adquisición de predios en zonas arqueológicas, a decir del titular de la dependencia.

“El INAH será reconocido en términos presupuestales de manera mucho más generosa que la propuesta original, que efectivamente nos hubiera constituido una verdadera catástrofe que el Instituto no iba a poder sobrellevar”, reconoció el antropólogo ante quienes abarrotaban el auditorio.

“Entonces, vamos a ver. Yo creo que las expresiones de Claudia Curiel y de Claudia Sheinbaum han sido muy comedidas con el Instituto. Yo no tengo más que agradecerles esta disposición, y ya estaremos revisando”, agregó luego a este diario. “Tengo más o menos (previsto), para mí, que el presupuesto para el año 2025 no será menor al presupuesto original que tuvimos en este año”.

El funcionario añadió que contemplarán la necesidad de provisiones especiales, pues si bien gran parte de las tareas relacionadas con el Tren Maya ya se llevaron a cabo, ahora hay nuevos museos, nuevas zonas arqueológicas y también nuevas áreas de visita en los sitios arqueológicos preexistentes; “eso supone un gasto operativo que lo tenemos estimado y que ya lo presentamos”.

¿Tiene el INAH un plan de contingencia por si no se cumple dicho aumento?

Pues ahorita no tenemos ninguno. El plan contingente es ahorita trabajar por la construcción del presupuesto adecuado.

Evidentemente, también sabemos que mucha parte de la manera de abordar nuestro déficit presupuestal tiene que ver con los ingresos autogenerados. También estamos trabajando para mejorar esta dotación que el Instituto aporta a la Tesofe (Tesorería de la Federación), y que en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador básicamente regresó en un muy alto porcentaje, y esperamos que ahora también resulte de esta manera. Eso también nos va a ayudar.

Una tercera alternativa enlistada por Prieto son los proyectos y actividades que pueden cubrir con recursos de terceros, ya sea en colaboración con Gobiernos estatales y municipales, universidades y hasta con la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti); “también tenemos acuerdos con diferentes patronatos, sociedades de amigos, grupos de benefactores”.

“De manera que el Instituto tiene que seguir su marcha, y ahorita, con tantos planteamientos (que se harán en el Foro), todas esas propuestas requieren una base de sustentación”, diría con risa nerviosa el antropólogo, pero afirmando sentirse “muy tranquilo” dadas las posibilidades financieras del INAH.
Como ‘gallinas sin cabeza’El INAH, considera la restauradora Frida Mateos, parece hoy una institución envejecida, atrapada en las redes de sus propios problemas estructurales.

“Lo que un día dicen que fue un faro de conocimiento y acción, hoy, con demasiada frecuencia, parece una institución de gallinas descabezadas”, definió la especialista del Centro INAH Morelos en la primera mesa del encuentro.

Durante tres días, habrá en total 105 ponencias agrupadas en temáticas como fortalecimiento institucional, protección del patrimonio cultural, formación y docencia, investigación, gestión de recursos y desafíos, por mencionar algo.

Aunque para el titular del INAH este centenar de presentaciones refleja el interés de la comunidad del organismo en contribuir a su mejora, al revisar a detalle cada intervención programada también podría leerse como la suma de inquietudes e inconformidades presentes prácticamente en todas las áreas de la institución.

“Los desafíos que enfrentamos son abrumadores; las limitaciones presupuestales son más que evidentes; los recursos materiales, humanos y financieros son insuficientes”, apuntaría Mateos, cuya experiencia dentro del INAH suma tres décadas.

“Lo peor es que, lejos de enfrentarlo de manera organizada y estratégica, los proyectos están dispersos, descoordinados, atomizados por la multiplicidad de objetivos, y alejados de una visión integral que promueva la interdisciplina, la inclusión y la reconstrucción”, añadió, proponiendo la creación de un proyecto madre que aglutine y cobije todos esos esfuerzos inconexos.

Algunas de las situaciones problemáticas abordadas en las primeras ponencias de esta jornada inaugural fueron la apertura de nuevos sitios arqueológicos sin la debida investigación previa y sin que el INAH adquiera los terrenos; las trabas del actual sistema digital en el que los Investigadores reportan su trabajo, y la falta de estudios de impacto ambiental y cultural en nuevas obras de infraestructura.

Sobre todo en los megaproyectos de la llamada “4T”, que al ser decretados como asuntos de seguridad nacional resulta imposible consultar sus estudios, criticó el antropólogo Manuel Gándara; “su opacidad es apabullante, no debemos permitir que suceda esto con los nuevos trenes anunciados”, exhortó.

Aunado a todo esto, y acaso uno de los principales retos del organismo, está el tema de los trabajadores eventuales. Se trata de cerca de mil 550 personas, entre carpinteros, custodios, jardineros, restauradores, arquitectos, arqueólogos, antropólogos, artistas plásticos, historiadores, abogados, por mencionar a algunos, que realizan actividades sustantivas en prácticamente todas las áreas del INAH.

Con contratos trimestrales que les impiden generar antigüedad, nulo reconocimiento como trabajadores de base, falta de acceso a vivienda y sin posibilidades de retiro, algunos de ellos empiezan a considerar la creación de sindicatos.

“Los trabajadores eventuales de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural tenemos mucha incertidumbre porque, hasta el momento, esas condiciones persisten”, expresó Guillermo Rodríguez Tlachi, del Laboratorio de Radiología de Bienes Culturales.

“Derivado de esto, hemos platicado y estamos interesados en organizarnos e instituirnos en un sindicato para tener representación formal ante autoridades y organizar mesas de trabajo”, compartió.

Los foros en torno al futuro del INAH continuarán este jueves y viernes en el MNA, y pueden seguirse en línea a través del canal de YouTube INAH TV.