Coahuila
Hace 2 años
En este momento Coahuila cuenta con seis exgobernadores vivos: Rogelio Montemayor, Enrique Martínez, Humberto Moreira, Jorge Torres, Rubén Moreira y Miguel Riquelme, por orden de aparición. De ellos, cuatro asistieron como invitados el pasado viernes a la toma de protesta de Manolo Jiménez Salinas, ya sea la protocolaria en el Congreso del Estado, o la ciudadana en un acto multitudinario en el Parque Las Maravillas. Ambas preñadas de simbolismo político.
Luego de ser excarcelado en Texas y deportado a México con la visa cancelada, Torres López fue proscrito públicamente de la vida política en la entidad. Incluso antes de ser capturado en Puerto Vallarta (2019) ya lo había sido pese a sólo fungir por espacio de 11 meses del 2011 como Mandatario bisagra entre los hermanos. Su ausencia en los referidos eventos, por tanto, no extraña.
Pero el otro desaparecido, autodenominado en su día “El Hijo del Pueblo”, sí es notorio. Aunque otra circunstancia vinculada con él llama todavía más la atención: de donde no se ausenta, en cambio, es del negocio inmobiliario que ha desarrollado de 2018 a la fecha.
Tan sólo 79 días después de la jornada electoral en el estado, con el panorama local resuelto y despejado, es decir, el 22 de agosto de 2023, constituyó la persona moral Nuevo Milenio Saltillense, S.A. de C.V., en la Notaría 74 de Saltillo, cuyo titular es Luis Ramos Escalante. Nombre que sirve como declaración de intenciones, y justo en la coyuntura política de la transición estatal.
Se trata, como en el caso de su otra razón social, Negocios, Asesoría y Publicidad Integral Nuevo Milenio, S.A. de C.V., o de Unipolares y Espectaculares del Norte, S.A. de C.V., de una empresa que tiene por objeto abarcar todos los ámbitos de la construcción; desde casas, edificios, fraccionamientos, ranchos, departamentos, bodegas industriales, estacionamientos y locales comerciales, hasta obras de urbanización de cualquier tipo. Adquisición y compra-venta o arrendamiento. El pastel completo.
Como dueño al 98% de las acciones figura nuestro protagonista: Humberto Moreira Valdés, y con el 2% restante, María Guadalupe Rodríguez Salazar (52 años).
Y es la misma situación de la sociedad mercantil Coahoxe, S.A. de C.V., también de su propiedad, creada el 5 de julio de 2019 (y reseñada con anterioridad en este mismo espacio), donde comparte objetivos y acciones con María Victoria Ibarra Banda (48 años), en una proporción de 99 a 1.
En ambas es, además, administrador único.
No obstante la nueva coartada legal supone para Moreira Valdés “bajar” de las faldas de la sierra de Arteaga, sitio donde hizo decenas de tratos el sexenio anterior a partir de licencias municipales exprés para el cambio de uso de suelo en grandes extensiones de terreno que se convirtieron en desarrollos campestres (mismos que fueron documentados aquí en múltiples ocasiones), a la capital del estado.
Para dimensionar el alcance: de siete fraccionamientos autorizados por el Municipio de Arteaga en 2022, dos de ellos fueron para Humberto Moreira. Así, a los desarrollos Las Praderas II, Montesanto, La Joya, Privanza Acacia y Montecana, se sumaron el fraccionamiento Residencial San Eduardo y fraccionamiento campestre Dos Encinos. Todos ejecutados de manera simultánea, lo cual requiere una inversión considerable, atípica, no al alcance de cualquiera.
Cortita y al pie
En Coahuila los reacomodos y vaivenes entre la clase política -y empresarial, siempre cercanas entre las dos- siguen la suerte sexenal de la gubernatura. No se pueden -ni se quieren- disociar. Llama la atención, por ello, el timing elegido por Humberto para emprender la expansión. En ese campo no existen las casualidades.
Doce años después de concluir el periodo para el cual fue votado, o exactamente dos sexenios transcurridos más tarde, inicia otra etapa. Si bien no existe un manual de urbanidad que explique cómo cuidar la investidura de un exgobernador al paso del tiempo, el cual indique sus responsabilidades fuera del Poder Ejecutivo, el fenómeno mueve a suspicacia.
La última y nos vamos
No se considera propiamente un regreso a la ciudad, pues no puede regresar quien jamás se ha ido, sino una latente reincorporación al entorno social en un contexto que anticipa favorable a sus intereses.
¿Lo será en realidad?
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