Madrid, España.- Los dos Budas gigantes de Bamiyan, en el centro de Afganistán, continúan en pedazos 20 años después de que los talibanes los dinamitaran, y tras continuas promesas incumplidas de un plan de restauración, ahora incluso sus restos peligran.

Tallados en la ladera de un acantilado en el valle de Bamiyan, estos monumentos patrimonio de la Unesco, que datan del siglo 4 y 5, se encontraban, con sus 38 y 55 metros de altura, entre las estatuas de Buda más altas del mundo antes que los talibanes las destruyeran para combatir la idolatría.

Los insurgentes perforaron ambas estatuas para colocar explosivos dentro, un proceso que iniciaron a principios de marzo de 2001 y que concluyó el día