Arte
Por Grupo Zócalo
Hace 4 meses
Ciudad de México.- La iniciativa de transferir el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (Inpi) no solo es una mala señal política emprendida por el gobierno federal justo en el año en que inicia el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas (Dili) 2022-2032, y un retroceso en la labor de fortalecimiento y preservación de las lenguas y las culturas indígenas, sino que además la propuesta de fusión significaría perder su objetivo central entre las otras muchas prioridades que tiene el Inpo.
La misión del Inali es fortalecer y preservar las lenguas y las culturas indígenas, tareas que se reducirían en un instituto como el Inpi cuya vocación es definir, normar, diseñar, establecer, ejecutar, orientar, coordinar, promover, dar seguimiento y evaluar las políticas, programas, proyectos, estrategias y acciones públicas para garantizar el ejercicio y la implementación de los derechos de los pueblos indígenas y afromexicano, así como su desarrollo integral y sostenible y el fortalecimiento de sus culturas e identidades.
Valía social
Aunque la iniciativa no ha llegado al Congreso, desde el pasado 2 de enero la Secretaría de Cultura que encabeza Alejandra Frausto, cartera a la que está sectorizado el Inali, informó que la propuesta es parte del ajuste administrativo del Gobierno federal y señaló que “la infraestructura comunitaria con que cuenta el Inpi permitiría un mayor alcance e impacto de las acciones de estudio, institucionalización y salvaguarda de las lenguas indígenas nacionales”.
Sin embargo, escritores, lingüistas y hablantes de lenguas indígenas que llevan años en el trabajo por el reconocimiento de que México es un país multilingüe, pero además han impulsado iniciativas como el Inali para alcanzar políticas lingüísticas públicas de Estado, señalan que no es factible que el Inali pase al Inpi porque sus acciones se perderían en un mar de acciones que tiene asignadas el Inpi.
La poeta zapoteca Irma Pineda, representante de los Pueblos Indígenas de México y América Latina y el Caribe ante el Foro Permanente sobre cuestiones indígenas de la ONU, señala varias virtudes que a lo largo de 17 años ha tenido el Inali, entre ellas está la creación del Catálogo de Lenguas Indígenas Nacionales, la definición de normas de escritura de las lenguas indígenas, hasta el momento tienen ya las normas de 17 de lenguas y trabajan en la elaboración de las normas de 12 lenguas más, y la capacitación de intérpretes-traductores especializados en sistema jurídico y de salud, así como capacitación de policías comunitarios para que ayuden en la mediación de conflictos.
“
Estas son algunas cuestiones por las que vale la pena que se mantenga este Instituto que trabaja específicamente con las lenguas, pero también hay que enfatizar la parte política, las señales que nos da el gobierno a los pueblos indígenas con la desaparición del INALI, insisto, es una mala señal porque prácticamente nos han estado usando como elementos folklóricos, de show pero no para darnos certeza sobre las políticas públicas que van a tener respecto a las lenguas y particularmente en este año que inicia el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”, afirma la poeta.
Irma Pineda también señala que el Inali tiene que permanecer por varias razones, la primera de ellas es que no es una instancia creada por el poder gubernamental, sino que responde “a la añeja demanda y lucha de los pueblos indígenas y de una amplia comunidad de hablantes, traductores, escritores, académicos que al menos desde los años 70 estaban proponiendo la creación de un área específica del gobierno a través de la cual el Estado asumirá su responsabilidad y su compromiso con las lenguas indígenas”.
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