Durante la vida de todos los deportistas, atletas, árbitros, padres de familia y las personas, que han participado en cualquier actividad deportiva y laboral, han obtenido las mieles del triunfo, pero también han tenido desde luego las amargas experiencias de un día que no es el mejor de sus días.

En esos días, las emociones que se experimentan, no son del todo las que queremos sentir, y determinan lo que podemos tener como aprendizajes, que siempre te convierten en una mejor persona, pero sobre todo encontrar o aprender a autorregularse para seguir adelante.

¿Qué puedes hacer?, cuando preparaste una estrategia y las cosas, de plano, no se dan. Es frustrante, sin embargo te pasan muchas cosas por la cabeza, que hace que dudes de tu capacidad. Para ello hay que entrenar las diversas variables que intervienen en el rendimiento, en todos los ámbitos de la vida, no sólo el deporte.

Hay días que prácticamente, las cosas te salen de manera automática, que hasta sientes que vuelas, (literal), sin embargo en otras, por más que haces todo para hacer lo mejor, es imposible, y los resultados esperados, no se presentan.

En cualquiera que haya sido la actividad, un deporte de conjunto, individual o bien en el plano laboral o familiar, o cualquier cosa que pienses, seguramente has vivido o todos han vivido este tipo de contrastes, de triunfos o tropiezos, qué te hace depender, de un estado emocional, porque la gestión de las emociones, son el reflejo de lo que estamos sintiendo o pensando; debido a las acciones que hemos expresado.

Que tan importante es que en ocasiones, lo que planteamos no aparece, por nada de nada y en otras el resultado se presenta precisamente por arte de magia.

Lo anterior no deja de ser algo normal, con lo que debemos de vivir, porque es algo que no está ajeno a nadie o casi nadie, que practique la Actividad Física y Deporte, en la vida misma.

Cuando las cosas, no salen como queremos o deseamos, llegamos a automutilarnos, incluso nos desesperamos, al grado de llegar a cometer errores que te llevan a hacer cosas de las cuales te puedes arrepentir, por el mal uso de las emociones o fallida inteligencia emocional.

Es importante gestionar o saber propiciar las emociones en todo momento, tanto cuando las cosas están saliendo bien, como cuando las cosas no se dan.

Es normal, cuando se tiene un mal día, en cualquier tipo de actividad, reprocharnos, se recomienda no desesperamos; en otras ocasiones podemos llegar a “tirar la toalla”, debido al resultado, sin embargo hay que entender que hay cosas que dependen de uno u otras no dependen de nosotros, y si sabemos canalizar, esto. El resultado puede revertirse, para no cometer cualquier situación que pueda afectar más tarde nuestro rendimiento.

Cuando las situaciones o resultados esperados, no se dan, debemos aprender a gestionar las emociones y no hacer prejuicios o anticiparnos a cosas que no van a suceder y desde luego encontrar un equilibrio. Lo que viene a entenderse como autorregularse, en los momentos que la situación lo requiera; es decir, para cualquier persona o deportista que busca convertirse en atleta, y llegar a la alta competencia. Es fundamental mantener siempre un enfoque positivo.

Y es que cuando las cosas van bien, es muy fácil, es más, todos quisieran estar siempre así. Con un estado de ánimo que te permita rendir al máximo de tu potencial, pero, ¿Quién es capaz de mantener la estabilidad emocional ante la adversidad?. Está del otro lado. Sin embargo no todos lo han aprendido, ya que esto se debe entrenar, pero se lleva un largo proceso.

El deportista, atleta, entrenador, padre de familia o persona, que es inteligente emocionalmente; reconoce que si hoy fue un día complejo, esto jamás determinará su calidad de persona y menos lo hará peor o mejor persona, si llega a ganar o perder.

Es fundamental que siempre en todo lo que hagas, entiendas que tu calidad humana, no la determina si ganas o pierdes, si te equivocas o tienes una mala salida, es más importante entender siempre lo que vales, como persona.

Importante mencionar, que la persona o el atleta, que vence o supera las adversidades o diferentes obstáculos, con los que se encuentra, no deja de luchar y entiende que mientras tenga una oportunidad, podrá hacer las cosas, pero sobre todo, no perder el sentido de buscar diversas alternativas, incluso estar preparado para las contingencias, con las que se pudiera encontrar.

Al entrenar este tipo de situaciones, coadyuva a no caer en exceso de confianza y llegar a conocerse de mejor manera, para reaccionar y accionar cuando la situación lo exija o requiera.

Así que, entiende, la próxima vez que tengas un mal día en un juego, en el deporte, en la vida, en la familia o incluso en el trabajo o pareja; incluimos a los entrenadores, padres de familia y árbitros. Debes entender, que mientras tengas vida, debemos de tener paciencia y saber identificar los indicadores, pero en vez de estarte estigmatizando con pensamientos negativos, debes enfocarte en lo que haces bien y desde luego has entrenado.

En todo lo que dependa de ti y lo que sabes hacer mejor, pero sobre todo no olvides, jamás tu valor como persona, porque mientras tengas vida, tendrás oportunidad de mejorar o hacer mejor las cosas y trabajar con la memoria corta.
Nunca olvides tu valor, digan lo que te digan, sé paciente y enfócate en lo que dependa de ti, sobre todo, aunque las cosas no salgan como quieras, también tener la disposición y preparación para que las cosas mejoren y trabajar en el rendimiento, (Proceso), no solamente en el resultado.

Es fundamental que entiendas, asimiles y aprendas, que la actitud que muestres, será la que te lleve a crecer, y si no manejas una buena actitud en el momento que lo requieras; quedarás estancado, es por eso que debemos mantener una inteligencia emocional adecuada y enfocada en la situación que se requiera, no solamente cuando nos convenga y las cosas salen bien, sino también cuando las situaciones no se dan, ahí es donde verdaderamente conocemos nuestro verdadero potencial.

Hasta la próxima!.