El valor de una persona, no está en unos tenis de marca, ni un uniforme de una gran institución, o en la ropa que te pongas. No porque tengas o luzcas, te hará ganar un mejor estatus. Lo que en realidad te hace valer, es tu esencia, tu amor propio, pero sobre todo tu confianza. Tú eres el gordo de la lotería, siempre, métetelo en la cabeza. Asimílalo; tú vales más que cualquier prenda u objeto que pueda existir o incluso que un boleto de lotería.

En la vida nos podemos encontrar con ciertas creencias, que nos hacen pensar de una manera equivocada, que nos trae como resultado, pensar lo que valemos, por lo que usamos, sin embargo, nuestro valor por algo que nos ponemos o probamos, jamás dará un estatus a tu vida.

El pensar que una prenda, unos tenis o un uniforme, que nos ponemos, nos hace pensar lo que valemos, precisamente por la velocidad tan acelerada, en la que vivimos; te diré que cuando sabes lo que eres o quien eres, por supuesto sabrás que hacer.

Lamentablemente tenemos una idea equivocada de nuestra identidad, y al no tener conocimiento hacia dónde vamos, sin una misión o visión; nos da como resultado una sociedad emocionalmente desnutrida.

Deberíamos de inculcar a nuestros hijos, y manifestarles que se junten o convivan con personas que sean mejores que ellas, que les dejen cosas positivas, para que les desarrollen una mejora cotidiana, para ser valoradas por lo que son y a la vez, encontrar su propia identidad, para ser agentes de cambio, no a que se autovaloren por la marca de una ropa o el estatus de un grupo de personas que etiquetan el verdadero valor de una manera equivocada.

Para los que trabajamos con jóvenes, éste es un principio fundamental y que sirve como parteaguas, para convertirse en mejores personas y sean abiertos a conocer nuevas cosas, a entender las verdaderas cosas valederas, que son la interacción personal y no a través de una cámara del teléfono o las redes sociales. Se ha perdido en mucho la proxémica con las personas, para poder desarrollar de mejor manera nuestra inteligencia emocional, a través de las habilidades sociales.

En este sentido y con una clara idea del tema, el EGO te puede ganar, al pensar que por portar un uniforme, o unos tenis o una marca de ropa determinada, te dará un estatus para ser valorado por un equivocado grupo de personas, que quizá no entiende lo que eres en el fondo, si no por lo que portas.

En el deporte, nos hemos topado con equipos, instituciones, deportistas y atletas que han trabajado, de forma “Solitaria”, luchando y desde luego triunfando, sin el

apoyo de una autoridad, pero sí de sus padres o familia que apuestan a sus ideales, sin embargo eso además de ser importante, este espacio no es para evidenciar, ni pegarle a nadie. Al contrario, la esencia de todo este comentario, es que no importa quién te apoye o no te apoye, o si te dan o no te dan.

Lo importante es enseñar a la gente con la que trabajamos, a luchar por sus ideales y sus sueños, además que busquen alternativas para generar esa autoayuda, y no ser obstáculos, pero lamentablemente en el camino, nuestro enfoque se ha ido a otro lado, con grave error, precisamente por el EGO, de pensar que porque no te ayudaron o te dieron o si estuvieron presentes, cuando lo ideal es ver hacia el frente y enfocarse en lo que depende de ti, para obtener ese anhelado objetivo.

En realidad a la gente no le importa si tú haces o dejas de hacer. Lo importante es que no dejes de ser tú. Que sigas adelante, con o sin ayuda, y no perder tu objetivo, en todo momento a todas horas. Que sea esa tu principal motivación, para levantarte todos los días; tú eres el gordo de la lotería, en cada momento, en cada instante y a todas horas, pero debes creerlo. Esa es la clave de todo. Y me atrevo a decirte que ni siquiera necesitas andar pregonando si hiciste o no hiciste. Lo importante es actuar. Sé verbo, no sustantivo.

Nuestra verdadera fuerza surge del interior. No debemos dejar dominarnos por las emociones o pasiones, sino que sobre ellas, tengamos un poder que podemos recibir, a través de la gratitud, en la oración y la llenura de Dios, siempre actúa de acuerdo a su voluntad. Es una manera muy particular de pensar.

En muchas ocasiones, la gente cree encontrar su valor, por lo que las personas piensan de ellos. Alguna ocasión, te has preguntado, ¿Qué tanto le agradas a la gente?, si te aprueban o piensan que tan importante eres?. Quizá cuando te dicen algo positivo, te hace producir dopamina sin esfuerzo, pero sí que te hace levantar el pecho de orgullo y que en ocasiones sirve de combustible, pero hasta ahí.

Con esto lamentablemente, podemos caer, en la necesidad de ser aprobado por los demás y eso te causará una “Falsa Realidad”. Si tú permites esto, de vivir de lo que dicen los demás; estarás siendo manipulado, obviamente serás lo que ellos quieren que seas, con lo que dejará de ser tú mismo.

Existen muchas personas que creen que su valor de persona, radica en lo que piensen o digan de él, y se enfocan más en lo que la gente piensa de ellos. Es importante mencionarte, estimado amigo, que no necesitas de la aprobación de nadie para ser alguien. Por supuesto que buscar demostrarles a los demás, para que te digan lo que necesitas escuchar, te traerá infelicidad.

Es momento que tomes el control de tu vida y que busques ser tu mejor versión cada día, para ti, no para los demás; desde luego en una perspectiva personal y con respeto para los que creen y no creen. Entender que tú tienes un propósito de vida y debes encontrar tu propio propósito, a través de la palabra de Dios, porque Dios

tiene un plan para ti. Él te pondrá a las personas adecuadas y relaciones correctas en tu vida, pero ponlo primero que todo y antes que nada.

En la Biblia, dice, “Si tú sigues los planes de Dios, Dios te bendecirá, y no precisamente en el cielo, sino aquí en la vida terrenal.

Hoy quise hablar de éste tema, porque surgió un tema exquisito sobre esto de pensar, que si les dieron a ellos o a ellas, un uniforme, un atuendo porque a nosotros no, o aquí no!.

La vida es tan deliciosa, que te pone siempre en el lugar adecuado y con las personas adecuadas, que en lo que menos se debería de pensar, es en lo que pudo o no ser, si no en lo que está en nuestras manos y entender siempre, que quede claro, que tu vales más que unos tenis Nike o unos Panam; unos pants Adidas o unos Concord, o unos zapatos Canadá o un casco revolución o de última generación.

Al final de cuentas, el que juega o compite eres tú y sólo tú, no la prenda que portas.

Hoy te digo que rompas barreras, hagas diferencia y si luchas por lo que quieres, tarde que temprano lograrás lo que te propongas. Así de simple.

Espero te sirvan éstas líneas y que lleguen a las personas adecuadas, pero lo mejor, en el momento adecuado.

Hasta la próxima!.