El 17 de febrero de 1894 se decretó la desaparición del municipio de Fuente y de su categoría de Villa, para convertirse nuevamente en congregación, incluyendo su territorio, agregándose a Ciudad Porfirio Díaz. Este acontecimiento nunca ha sido olvidado ni perdonado por el villafontino.
Durante mucho tiempo ellos han tenido sus propias fiestas y han demostrado su localismo, tuvieron hasta hace unos años su propia administración de correos y de telégrafos, disponen de un sistema de comercio, de agua potable que data de 1969, colonias: como la Altamira, San Joaquín, Doctores, El Vergel y otras de reciente formación, sistema de transporte, escuelas de pre-escolar, primaria y una secundaria, tres panteones, uno de ellos, el municipal, que durante muchos años fue exclusivo de los villafontinos, dos estaciones de ferrocarril que ya no se usan, biblioteca pública, iglesias, plazas públicas, drenaje, parques de esparcimiento: lo que queda del llamado Laguito Mexicano desde 1983, y el denominado la Nogalera, que ahora presenta una llamativa cara, que es más antiguo, fiestas y desfiles, aunque no se recuerda que hayan celebrado su fundación un 19 de mayo, tenían un ejido con el nombre de Villa de Fuente, poseen bellísimas quintas campestres, hoteles, clínicas, clubes de servicio, instalaciones deportivas privadas de gran categoría, un mini periférico que recorre la vera del río Escondido, hospicios, asilo de ancianos, tienen una oficina de la procuraduría de justicia con su agente investigador del ministerio público.
Han tratado en múltiples ocasiones de desligarse de la autoridad de Piedras Negras sin éxito. Sus ferias, muy pequeñas y de 4 días de duración, ha arrojado interesantes ganancias. Para nadie es un secreto, que, por muy diversos motivos, Villa de Fuente no se ha desarrollado como debiera y ellos, mediante las actividades de su comité pro-mejoras, han costeado más del 50% de las mejoras en su territorio. Actualmente y a raíz de haber ampliado la ciudad su límite hasta en entronque de la carretera a Nuevo Laredo, el 30 de agosto de 1990, perdieron su categoría de congregación y tienen ahora un status de colonia, lo que ha sido muy vergonzoso para el villafontino, al que le queda solo el gusto de que se le siga llamando Villa de Fuente.
Arrastra además tres grandes cicatrices, la inundación del 10 de septiembre de 1890, que afortunadamente no tuvo víctimas que lamentar, pero sí, incalculables pérdidas, la inundación del 4 de abril del 2004 con el saldo que ya conocemos y el tornado del 24 de abril de 2007, con tres vidas perdidas y daños impresionantes, que destruyó la hoy reconstruida iglesia del Sagrado Corazón. Villa de Fuente es un auténtico ave fénix, por tercera vez se esta levantando de entre sus cenizas y ruinas, azuzados por su indómito espíritu que se niega a morir. Tienen ya 167 años de historia contrastante.
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