Arte
Por Christian García
Publicado el miércoles, 13 de septiembre del 2017 a las 09:05
Saltillo, Coahuila.- “En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida”, escribió el poeta estadunidense Ralph Waldo Emerson, y es por esto que existe el Programa Nacional de Salas de Lectura.
Provenientes de las cinco regiones de Coahuila, los voluntarios culminaron un proceso de profesionalización que inició en 2011, y que está avalado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Para conocer más sobre este proceso, Zócalo habló con Salvador Álvarez, subdirector de Fomento Editorial y Literatura de la Secretaría de Cultura (Sec).
“Por parte de la Sec hubo un compromiso con la capacitación y profesionalización para mediadores de salas de lecturas. También hay que decir que tenemos nuestro propio programa de fomento a la lectura.
“Esto permitió complementar los esfuerzos para la promoción de los libros en términos federales e incluyeron a estas personas de manera más activa y protagónica en festivales, jornadas de lectura o la misma Feria Internacional del Libro en Arteaga, en donde tuvieron mayores espacios de expresión”, comentó Álvarez.
Además de acercar los libros a las personas, por medio del programa Salas de Lectura, hubo un intenso trabajo por mostrar la labor literaria de los coahuilenses, además de varios proyectos que se consumaron a lo largo de la Administración.
“El Programa estatal de Fomento a la Lectura, que inició desde el comienzo de la Administración, permitió la distribución de los más de 170 libros que produjo la Sec. Permitió también la convivencia y el intercambio de experiencias de los mediadores de salas con escritores coahuilenses y nacionales.
“Además, se le dio impulso a los espacios comunitarios destinados a la lectura, como lo son los paralibros y librerías móviles, que es un programa único en el país y que en Coahuila está desarrollándose de manera muy exitosa”, agregó.
LA EXPERIENCIA
Perla Adilene Palma es una de las voluntarias que prestan su tiempo, y hasta sus libros, para crear un puente entre las personas y las letras. La joven habló con Zócalo sobre su experiencia en el programa Salas de Lectura y qué es lo que la motiva a hacer esta labor.
“Los libros y la lectura me han formado como persona y como individuo, de una manera más humana y más sensible. Creo que cuando esta sensibilidad se apodera de nosotros busca la manera de salir y ser compartida, esto es lo que siento que sucede en las salas de lectura. Lo que queremos es que las personas vean, por medio de los libros, que hay muchas más posibilidades en el mundo”, añadió.
Palma considera que si bien la gestión cultural es una labor importante y necesaria por parte de los dependencias gubernamentales, estas no son indispensables. La joven afirma que siempre se puede hacer mucho con un poco de esfuerzo y voluntad propia.
“Es importante que el Gobierno apadrine este tipo de programas. Muchas veces, los libros con los que los mediadores hacemos nuestro trabajo son de nuestra biblioteca personal, entonces que el Gobierno nos dote con un acervo es importante.
“Sin embargo, tampoco es indispensable, pues muchos de mis compañeros comenzaron de manera independiente, por el puro gusto de hacerlo, más allá de los programas”, agregó la mediadora.
La lectura debe ser un tipo de felicidad, decía Borges, y para Palma esto es cierto. Ella opina que si los libros se imponen por obligación, se aleja a las personas, no sólo a la literatura, sino del acceso al conocimiento que ofrece la palabra escrita.
“Creo que el comercio de los libros, con los precios elevados que tienen, es uno de los obstáculos que enfrenta la comunidad. Pero el principal obstáculo es que nos quieran hacer ver la lectura como algo obligatorio, que se tiene que hacer a la fuerza, y no creo que sea así. Hay que dar a conocer, siempre, la otra cara de la lectura y el placer que brinda”, finalizó Palma.
RECONOCIDOS
La entrega de reconocimientos se realizó la tarde del lunes en el Palacio de Gobierno. El presídium estuvo integrado por Ana Sofía García Camil, secretaria de Cultura; Angélica Vázquez, directora general adjunta de Fomento a la Lectura y el Libro de la Secretaría de Cultura federal; Salvador Álvarez, subdirector de Fomento Editorial y Literatura de la Sec, y Perla Adilene Palma, representante de los mediadores.
El reconocimiento fue entregado a 42 voluntarios que, provenientes de las cinco regiones de Coahuila, ayudan en más de 120 salas de lectura repartidas por todo el estado. Y 29 de estos reconocimientos fueron recibidos por personas que terminaron el Diplomado de Profesionalización de Mediadores de Lectura.
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