El retraso para terminar y arrancar al 100 la obra de Agua Saludable para La Laguna, así como la opacidad en el manejo de sus recursos, están desencantando a sectores que apoyaron con ánimo a Morena, y ahora están enfocando su molestia en funcionarios de la 4T, particularmente en la Comisión Nacional del Agua, donde hacen como que la Virgen les habla cada que hay preguntas sobre el avance de ASL y el uso del dinero.

La Central Campesina Cardenista, por ejemplo, que le puso confianza a la promesa del presidente López Obrador sobre apoyos para la tecnificación de riego a cambio de ceder derechos de agua de la presa. Pero como la mayoría de ese dinero no ha llegado y lo poco que ha llegado no se sabe dónde se usó, el malestar crece y podría manifestarse en las elecciones de junio. Curiosamente, el enojo de los simpatizantes de la 4T va dirigido contra el Gobierno del Presidente, pero no contra el Presidente, a quien consideran que ha sido engañado por burócratas ineptos.

El diputado morenista Antonio Attolini todavía trae entre ceja y oreja al alcalde Román Cepeda por la tragedia del 21 de enero pasado, cuando una aficionada de Santos atropelló y mató a otra aficionada, pero de Rayados, tras un partido en el TSM, cuando porras de ambos equipos tuvieron un altercado sin que hubiera policías presentes. Toño está enchilado porque el jefazo de la Policía Municipal, César Perales, reservó la información sobre los protocolos de actuación de sus agentes ese día, según esto para no comprometer los operativos de seguridad. El diputado dice que esto es absurdo, porque el evento ya pasó y no hay riesgo de revelar algo inapropiado. Pero donde a Toño le falla la congruencia es que el operativo no involucró sólo a la Policía Municipal, sino también a la Estatal y a la Guardia Nacional y al Ejército, pero contra estos niveles no ha dicho nada. Hasta ahora, el punto de acuerdo que presentó Attolini en el Congreso para exigir información menciona a la Policía de Torreón, porque sabe que si le lanza la pedrada a la Policía Estatal o al Ejército, lo mandan a la congeladora.

Quienes andan un poco subidos en sus ladrillos son algunos de los funcionarios municipales de Matamoros, esto luego de enterarse de que Miguel Ángel Ramírez, alias “El Charro”, no le movería mucho a su equipo de trabajo en caso de repetir en la Alcaldía.

Y es que no solamente andan sobrados por ese tema, sino porque en recientes encuestas lo colocan muy por arriba en las preferencias con respecto a Morena y el resto de los competidores; sin duda una situación cómoda, pero tan cómoda, que ha hecho a los protegidos del buen “Charro” soltar la lengua en más de una ocasión, presumiendo su puesto como “seguro” y hasta ordenando cosas para el siguiente año.

Sin duda un consejo sabio sería calmar los ánimos y esperar a que concluya la campaña, pues aún falta mucho tramo por recorrer.